Rodolfo Montes
"¿Querés tomar algo? Yo soy algo así como una ama de casa", le dijo Maby Wells a Escenario en la sala de reuniones de la gerencia de Canal 13 de Buenos Aires. Está claro, Maby es de la casa. No hay rincón en el edificio que se oculta bajo la autopista, en el barrio de Constitución, que le sea ajeno.
Leo Montero, el amigo de Rodrigo Bueno que conserva el cantito cordobés, en cambio no es un nacido y criado en el 13 como la ex "Sorpresa y media" pero está muy cómodo. Y por sobre todo no parece pesarle la nueva responsabilidad que enfrentará desde esta tarde: coconducir junto a Maby "¡Qué espectáculo!", el nuevo programa que intentará ofrecer una alternativa distinta a la franja chimentera, ya que su horario de emisión en Capital será de 14 a 16, mientras que en Rosario se verá de 18 a 20 en reemplazo de "Siempre listos".
El espacio donde se hacen públicos los secretos íntimos, se canibalizó de manera progresiva hasta rozar los límites de lo admisible con una violencia verbal, trucha o verdadera, que sorprende y da vergüenza ajena. Tal vez avizorando el agotamiento de esa espiral del mal gusto, el 13 apuesta a otra cosa en un horario hasta hoy dominado por los rumores, ciertos e inventados.
"Creemos que el programa va a funcionar justamente porque va en la franja donde dominan los chimentos y nosotros no vamos a contar chimentos. Nosotros vamos a jugar entorno del espectáculo. Y la gente va a poder participar, ganar plata y ganar premios", definió Maby la propuesta.
-¿"Qué espectáculo!" disputará público con los chimenteros, aunque sin revelaciones escandalosas?
Maby Wells: La gente va a tener posibilidad de elegir. O bien permanece con las propuestas que ya tiene o bien nos eligen a nosotros. La idea es que la gente se entretenga, que la pase bien.
Leo Montero: Nadie tiene comprado el horario en la televisión. Tenemos el derecho de probar cosas nuevas. "Qué espectáculo!" va a ofrecer cosas distintas y la información propia del espectáculo la va a tratar de otro modo. Tendremos noteras que son chicas lindas y divertidas. El acento en las notas está dado por el color y no con quién sale tal o con una maldad. No vamos a escarbar mal en la gente; yo estoy más del lado de la alegría y del humor pasatista.
-¿Podrían haber hecho chimentos si se lo proponían?
Maby: No. En lo personal no lo sabría hacer y no me gusta cuando me toca estar del otro lado y me inventan cosas. Digo, hay que aclarar que los llamados programas del espectáculo que hacen chimentos no son de espectáculos.
Leo: ¿Vos ves a grandes artistas charlando en los living de esos programas? Nunca. ¿Qué tiene que ver con el espectáculo un tipo que tiene una carnicería o que es de la noche?
-¿Qué lugar tendrán los invitados en el programa?
Maby: Serán las estrellas aunque siempre acopladas a la propuesta del programa.
Leo: Le vamos a ofrecer sorpresas, giladas (sic ) y le vamos a hacer una entrevista. Pero como queda claro, ni Maby ni yo preguntaremos como pregunta (Mariano) Grondona (risas). La idea es que vos estás viendo una sintonía, una secuencia y que cuando entra el invitado eso no se corta, sigue en la misma frecuencia. Además los invitados se suman a la propuesta y producen en el tono que tiene el programa. Por ejemplo, los invitados de Guinzburg cuentan cosas y se divierten porque el mismo programa lo provoca.
-¿Es un programa con códigos de gente joven?
Maby: No será un programa para gente joven. Tanto a "La guerra de los sexos" como a "Sorpresa y media" lo veía gente de todas las edades. Somos conductores jóvenes pero no hacemos un programa con códigos propios de una generación.
-¿Cómo llegaron a estar juntos?
Leo: Nos conocíamos de antes, teníamos idea de hacer algunos trabajos juntos y justo se dio esto. Cuando nos propusieron trabajar juntos, los dos veíamos un potencial que creo será interesante y que la gente lo va a valorar.
-¿La propuesta tiene un tiempo establecido de aire o quedó abierta?
Maby: No tiene fecha de vencimiento y espero que dure por mucho tiempo, in eterno.
Leo: Va a durar como una lata de atún, hasta el 2004. Entiendo que vamos a atravesar el verano, porque sería una locura interrumpir un proyecto grande como este ni bien comience. De todos modos la tele es una locura y siempre hay que estar dispuesto a que pase cualquier cosa.
-¿Creen que cambiarán las propuestas de televisión hacia el 2002?
Maby: Por el lado de Canal 13, veo que eso viene muy fuerte. Por el otro no sé. Los reality, el producto que caracterizó al 2001, son una moda que desaparecerá más temprano que tarde, pero que todavía les queda tela para cortar. Falta el de los gordos, de los flacos... (risas).
-Y en uno de conductores de televisión, ¿entrarían?
Leo: Ni loco.
Maby: Me da un poco de vergüenza saber que tengo la cámara todo el tiempo encendida, cuando trabajo no registro que me están grabando... yo soy así.
-¿Les importa saber cómo trabajan otros conductores, cuáles son las tendencias en el país y en otros países?
Leo:Yo presto atención, me gusta ver a la gente que admiro, que me parecen los mejores en lo que yo hago. Tanto acá como cuando viajo. El tema es ver cómo o cuál es el estilo. A mí me gusta ver un poquito eso, chequeo el trabajo y aprendo cosas.
-¿Qué valoran y de qué se arrepienten de los trabajos realizados?
Maby: Yo volvería a hacer todo lo que hice del mismo modo. Hasta acá no me fue mal así que para qué modificar las cosas ( risas).
-¿Cuánto de espontaneidad pura y cuánto de oficio tiene la conducción?
Maby: Creo que es importante la espontaneidad, y por eso nos llamaron. Imagino que pensaron que estábamos sin laburo y aquí estamos, saliendo al aire.
Leo: Creo que la espontaneidad es un 70 por ciento, es lo que sos como persona. Actuar de uno mismo. Pero hay otro 30 por ciento que tiene que ver con haber estudiado periodismo, con leer cosas, investigar y tratar de aprender y progresar en esto que para mí es mi carrera. Es lo que me gusta.
-¿Cuánto esfuerzo representan 10 horas de vivo por semana?
Maby: Mucho, tuve que cambiar toda mi vida. Es un gran esfuerzo estar en vivo todos lo días. Pero por supuesto estoy muy feliz y lo hago con mucho gusto.
Leo: Yo tenía ganas de hacer vivo, pero es mortal, sobre todo dos horas. La gente tiene que saber que para estar dos horas en el aire hay que trabajar muchas horas antes y varias después. Además la adrenalina de dos horas de aire equivalen a seis en una oficina. Cuando terminás a las cuatro de la tarde y te aflojás, parece que te pegaron un mazazo en la cabeza.
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La Ciudad
