Año CXXXIV
 Nº 49.298
Rosario,
lunes  12 de
noviembre de 2001
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La Cerámica, el barrio de la fábrica
El sector está aislado, tanto físicamente como por la falta de transporte. Esperan obras en el Camino de los Granaderos

Marcelo Castaños

Un barrio esencialmente humilde, obrero, que creció al pulso de una fábrica, encajonado entre el paredón de esa empresa y las vías, jaqueado por la inseguridad pero con costumbres de barrio que se resiste a perder. Eso es La Cerámica. Veredas con zanjas, calles con mejorado, gente que camina por la calzada, perros sueltos, mateadas en la vereda, ciclistas por todas partes, y algo curioso: muchas casas con patios delanteros, que parecieran tener vocación de jardín. Una zona que espera las obras en el Camino de los Granaderos, que reclama mejor transporte y que brega por que le pongan las cloacas.
La Cerámica está delimitado por las calles Baigorria; Huerta Grande; las vías del Ferrocarril Mitre y el Camino de los Granaderos, aunque hay quienes dicen que llega hasta Irigoyen (continuación de Ricardo Núñez) mientras que la vecinal limita su jurisdicción en Guinea y no incluye al asentamiento irregular conocido con el mismo nombre del barrio.
La zona se encuentra parcialmente aislada de la ciudad, lo cual le genera problemas de comunicación: por un lado, la fábrica le cierra el acceso al oeste, donde se levanta Parquefield; del otro extremo, el largo terraplén (en una zona se levanta incluso un paredón) le impide la comunicación con el este, Alberdi y el río. Sólo una calle interna, Aráoz, lo cruza.
Entre estos dos límites tan marcados se levanta un barrio de trabajadores y donde no pocos luchan contra el desempleo, con una parte consolidada, otra zona conocida como la villa La Cerámica y un sector gris de construcciones sólidas aunque muy elementales.
Su gente conserva costumbres de barrio. Las mateadas en la vereda y los picados en los potreros son algunas de ellas. Atrás quedaron otras, como la de cerrar las calles para fin de año y festejar afuera.
Muchas actividades se desarrollan alrededor de la escuela Itatí, donde concurren los chicos de todos los puntos de La Cerámica y que fue epicentro del programa Limpiemos el Barrio, un trabajo de saneamiento y mantenimiento del lugar.
El Club Atlético Centenario es el típico club de barrio, más social que atlético, donde las bochas y las cartas atraen a un grupo de vecinos históricos. El club Torito, que tiene sus canchas sobre el Camino de los Granaderos, recibe a los chicos que se inician en el fútbol infantil. El Centro de Salud Tomás Liberato Perón es una iniciativa de los vecinos, y la Iglesia Nuestra Señora de Itatí recibe a los feligreses.
El barrio en general se vio beneficiado en los últimos años con dos obras: una, el mejorado de todas las calles, incluso las de la villa, que contribuyó a regularizar parcialmente el lugar. El otro fue el emisario 11, que permite evacuar el agua de las precipitaciones. Ahora espera la remodelación total del Camino de los Granaderos, que podría jerarquizar la zona.
Pero también sufre un rosario de postergaciones. Uno de los problemas es el de la seguridad. La villa La Cerámica se ha vuelto mucho más peligrosa en los últimos años, algo que reconocen y lamentan vecinos y fuerzas de seguridad, aunque también admiten que "hay gente buena y mala, como en todas partes".
Otro inconveniente es la generación permanente de residuos en puntos del barrio que se han convertido en basureros crónicos, como algunas esquinas de Camino de los Granaderos o el cruce de Aráoz y la vía. También está la falta de cloacas, que además impide la pavimentación definitiva.
Y a la aislación por la ausencia de cruces ferroviarios se suma un marcado déficit en el transporte. Además de la 153, única línea que ingresa al barrio, los vecinos cuentan solamente con la 107, que pasa por afuera del barrio. Ellos piden que vuelva la 102, aquella que supo conectarlos con distintos puntos clave de la ciudad.
Lunes, 5 de la mañana. Suena la sirena de Cerámica Alberdi. Volverá a hacerlo a las 7 y el barrio empezará a andar. Como siempre, al ritmo de su fábrica.



Una postal del barrio, con Cerámica Alberdi detrás.
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