Año CXXXIV
 Nº 49.278
Rosario,
martes  23 de
octubre de 2001
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Productores de Rufino afirman que la laguna crece incluso cuando no llueve
La Picasa recibe agua de Córdoba y Buenos Aires por canales clandestinos
Un relevamiento demostró la existencia de drenajes truchos que contribuyen a anegar el territorio santafesino

Silvia Carafa

Rufino. - Productores de la zona demostraron que en la provincia de Córdoba hay canalizaciones clandestinas que derivan agua hacia el sudoeste santafesino. El intendente rufinense Gustavo Dehesa denunció esa situación ante la Dirección Provincial de Obras Hidráulicas (DPOH) y aportó las pruebas que acreditan que la mano del hombre está acelerando el curso de las aguas, lo cual hizo crecer a la laguna La Picasa incluso en épocas sin lluvias.
Para constatar lo que era un secreto a voces se realizó un relevamiento aéreo y se confirmó que en territorio cordobés, al oeste de Rufino, había máquinas trabajando en la construcción de canalizaciones clandestinas. El mecanismo de este drenaje trucho consiste en ir uniendo entre sí las lagunas internas que existen en los campos y por último conectarlas a las calles que de este modo quedan transformadas en caminos-canales.
Los caminos así convertidos en canales transportan agua a través de todo su ancho, lo que acelera el curso de la masa líquida respecto de lo que sería un escurrimiento natural. El informe sobre estos hechos incluyó fotos y videos a fin de que la DPOH traslade la denuncia ante las autoridades cordobesas para que los productores de esa provincia reviertan la situación y se respete el acuerdo interprovincial de no realizar este tipo de obras.
"Hay fenómenos naturales como las lluvias que escapan a nosotros, pero hay acciones humanas que debemos controlar y por eso las denunciamos", afirmó el intendente de Rufino, cuyo distrito opera como lugar de paso del agua que escurre hacia La Picasa. "Los mayores aportes de agua hacia esa laguna son de Córdoba y de Buenos Aires, donde también se hicieron trabajos para acelerarlos", aseveró.
El relevamiento de las entradas de agua desde otras provincias a Santa Fe permitió determinar que así como existen rebalses naturales, hay otras modificaciones que no corresponden. "Nosotros denunciamos que en Buenos Aires hay una calle y un gran canal al costado que se hizo para salvar una población. Eso estaba trayendo agua para acá", dijo Dehesa. Una de las pruebas del ingreso clandestino de agua es que aún en tiempos sin lluvias La Picasa siguió creciendo.

Informe de la situación
Jorge Rodríguez es uno de los productores que recorrieron parte de la cuenca de La Picasa para verificar estos canales y determinar el origen de drenajes innecesarios que aceleran el escurrimiento del agua, así como la ubicación de lugares por donde se producen el ingreso del líquido desde otra cuenca (trasvasamiento).
La investigación determinó que a ambos lados del camino que une Rufino con Villa Saboya convergen canales que surgen desde los campos por los que el agua corre libremente y en gran cantidad. Algo similar ocurre en el camino a Rossetti. A su vez, observaron que dentro de las estancias Los Huaicos, La Escondida, La Polcevere y otras hay canales que conducen la llegada del agua a La Picasa. En el límite con Córdoba detectaron grandes canales que por sedimentación perdieron su sección original y verificaron que la represa El Camoirano (a la que llegan los arroyos El Ají y La Cautiva) está rota.
Los productores insisten en la necesidad de estudiar el aporte de agua de la zona de Cañada Seca y argumentan que las obras observadas en Córdoba "no dan seguridad, por lo que podría repetirse el trasvasamiento que inundó la zona en 1997-1998, ya que no se rectificó en su totalidad el canal Cautiva y no se terminó el canal Devoto, que traen mucha agua sin haber llovido".

Amenaza sobre Rufino
Si bien esta vez aún no hubo anegamientos urbanos, la situación en Rufino es compleja. El fantasma de las inundaciones de 1998, 1999 y 2001 sobrevuela el lugar ante la masa líquida que indefectiblemente llegará a la zona producto de las grandes lluvias registradas aguas arriba. El sector más vulnerable de la ciudad es el noroeste, donde hay un terraplén contra el que siempre está amenazando el agua.
Los productores afectados cuentan con el paliativo de un decreto que los exime de la tasa rural por las hectáreas inundadas y pagar sólo por las áreas productivas que le hayan quedado; en la actualidad la Municipalidad local sólo recauda un 20 por ciento de lo emitido por ese impuesto.



El relevamiento detectó drenajes innecesarios.
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