Año CXXXIV
 Nº 49.246
Rosario,
viernes  21 de
septiembre de 2001
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Los gobiernos árabes restringen apoyos de caridad de sus ciudadanos

Dubai. - Arabia Saudita, la potencia árabe dominante en el Golfo, ha sometido las donaciones de caridad a un escrutinio cada vez mayor desde que Osama Bin Laden dio la espalda a su tierra natal luego de la Guerra del Golfo de 1991 y acusó a la familia real de ser títere de Estados Unidos. El derramamiento de sangre que involucra a militantes islámicos de Argelia y Egipto también ha resultado en una mayor presión diplomática sobre los gobiernos árabes del Golfo para restringir las actividades de caridad de sus ciudadanos.
"Tenemos que descubrir a dónde va el dinero después de que deja el país", expresó un funcionario árabe del Golfo. "Ciertamente parte de este dinero va a financiar grupos armados y otra parte es robado". Gobiernos árabes del Golfo se oponen fuertemente al millonario saudita Bin Laden, quien los ha acusado de ser enemigos del Islam y ser dirigentes títeres manejados por el gobierno de Estados Unidos.
Sin embargo, tienen cuidado de no ofender la sensibilidad religiosa de sus conservadores ciudadanos cuando revisan las actividades de las caridades islámicas, dicen analistas. Críticos seculares han acusado a algunos líderes del Golfo de ceder a la presión de los islámicos para restringir la influencia occidental, a cambio del apoyo político integrista.
"Los países del Golfo piensan que pueden manipular estos grupos para estabilizar sus propios regímenes, pero están jugando con fuego, y eso puede ser demasiado peligroso en una región tan volátil como esta. Pagarán directamente como los estadounidenses ahora", expresó el científico político kuwaití Khaldoun an-Naquib.
Los Estados árabes del Golfo también han estado frenando el lavado de dinero en los últimos años, en respuesta a un incremento en la actividad delictiva rusa y dudosos flujos de efectivo destinados a grupos militantes islámicos.

Empresas en Sudán
Apenas hace siete meses, las autoridades estadounidenses detallaron ante un tribunal la extensa red de empresas y cuentas bancarias establecidas por Bin Laden y su grupo terrorista, en campos tan diversos como la construcción de carreteras y el cultivo de maní.
Testigos durante el juicio a los sospechosos de los atentados contra dos embajadas estadounidenses en Africa identificaron las empresas que Bin Laden emplea en Sudán para obtener suministros y fondos, además de hacerle favores al gobierno de la nación africana.
Sudán le había concedido previamente asilo político al millonario saudita, a quien las autoridades estadounidenses han acusado de manejar una red terrorista conocida como Al-Qaeda. Jamal Ahmed al-Fadl, socio de Bin Laden convertido en testigo, recordó un encuentro en 1982 con el supuesto terrorista, en el cual le preguntaron si se esperaba que las empresas tuvieran buenos ingresos, ya que los negocios no estaban bien en Sudán. (Reuters y AP)


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