Año CXXXIV
 Nº 49.236
Rosario,
martes  11 de
septiembre de 2001
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Juegos
"Waterloo: Napoleon's Last Battle": Logro histórico
Este título recrea, de manera extraordinaria, una de las batallas con más peso en el pasado de Europa Occidental. Una vez más, el militar corso con aspiraciones imperiales deja su impronta

Ante todo, debe decirse que Waterloo fue una de las batallas más significativas de la Historia, tanto por su nivel táctico como por sus consecuencias políticas. El hecho es que, con Waterloo: Napoleon's Last Battle, la firma BreakAway Games ofrece la posibilidad de reeditarla, desde principio a fin.
Los sucesos ocurridos entre el 15 y el 19 de junio de 1815 pusieron fin a una historia de veinte años, protagonizada por la Francia de Napoleón Bonaparte y la Gran Bretaña de Lord Arthur Wellesley, duque de Wellington. Lo cierto es que la batalla de Waterloo culminó con una derrota para las huestes francesas, hecho que eventualmente determinó la imposición de la Pax Britannica en el suelo europeo continental.
En este título, lo primero que impresiona es su exquisito nivel de investigación histórica, que se traduce en una recreación muy precisa. Aunque generalmente la expresión "juego detallado" equivale a la de "juego complicado", en el caso aquí analizado, los tutoriales, el manual y la interfase intuitiva impiden cualquier confusión (al contrario, sirven como elementos de ayuda).
Waterloo: Napoleon's Last Battle utiliza una licencia del engine de Sid Meier's Gettysburg, que se amolda perfectamente al ámbito de las guerras napoleónicas, con sus cargas de caballería y un prolijo uso de la artillería. A su vez, los gráficos, muy buenos, pueden ser vistos desde cerca (permiten apreciar cada unidad individual), y el sonido posicional, realmente efectivo, le da verosimilitud al campo de batalla.
La IA, otro elemento sobresaliente, utiliza todos los recursos disponibles sin olvidar la mentalidad militar de la época. Y si bien la curva de aprendizaje es moderadamente alta, el juego no resulta frustrante.
El ejército puede ser manejado a través del mouse con controles sumamente intuitivos. De hecho, a menos de quince minutos de ser instalado el juego, el usuario ya es capaz de competir en alguno de los treinta escenarios reducidos. Las batallas más largas, en cambio, requieren más experiencia, porque Waterloo: Napoleon's Last Battle corre en tiempo real.
En suma, se trata de un título excelente que sabe sumar muy buenos gráficos, una IA brillante, una interfase sencilla y flexible, y gran cantidad de información sobre la batalla que reproduce. Es altamente recomendable, tanto para los interesados en ese período histórico como para quienes sólo saben de la "locura" del militar corso.



Napoleón se toma revancha, esta vez desde la PC.
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