Año CXXXIV
 Nº 49.234
Rosario,
domingo  09 de
septiembre de 2001
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La cadena láctea, un complejo rompecabezas

La pelea por el precio de la materia prima es un clásico en el sector lácteo. Tanto más en un panorama recesivo. Aunque por el propio efecto de la caída de la producción, el valor de la leche pagada por las usinas a los tamberos tuvo un leve incremento en el primer semestre del año, esta situación comienza a revertirse como consecuencia de la mayor oferta de primavera.
Durante gran parte de la década del 90, la expansión de Brasil fue una buena aspiradora para evitar la presión en el mercado interno. Después de la devaluación de ese país, el desafío de diversificación de mercados es mayor.
Desde hace más de dos años, productores, industriales y el Estado vienen debatiendo la creación de un instituto que permita ordenar el sector y evitar la variabilidad que le impone el ciclo productivo y económico. La idea no es una regulación de tipo monopólico sino la posibilidad de establecer valores de referencia que brinden señales claras a la hora de planificar las inversiones y la estrategia de producción.
"Si en la primavera, que es época de decisiones productivas, se baja el precio al tambero, la planificación que hace de la actividad es sobre un determinado valor y en el invierno, cuando sube el precio, tiene que salir a comprar más ración para los animales, incrementando los costos que pudo haber ahorrado sembrando más pasturas, eso es ilógico", señaló Luis Marcenaro, analista de Marcenaro & Asociados.
Manuel Cabanellas, presidente de la Sociedad Rural de Rosario, se quejó porque "de una participación histórica del 30% al 35% que tenía el tambero en el precio final de la leche, el tambero pasó a tener un 21%". El dirigente rural reclamó directamente el arbitraje del Estado porque "si no la parte más débil se perjudica".
Cabanellas dijo que las entidades de producción primaria son "conscientes" de que "en esto hay que ser socios de la industria frente a los condicionamientos de los supermercados" pero acusó a las usinas de no atreverse a dar pelea frente a las grandes cadenas.
La recesión y la concentración de la comercialización están planteando un serio problema a las industrias, que incluso compiten contra sus propias marcas a través de segundas y terceras denominaciones o procesando para las marcas de los hipermercados.
A pesar de estos diagnósticos, no hay acuerdo en la cadena en torno de una propuesta de ordenamiento de la actividad. En el Congreso hay dos proyectos de ley para crear un instituto de promoción láctea, financiado con recursos de los distintos sectores. El que presentó el diputado Humberto Volando es el que más seduce a las industrias, mientras que las entidades específicas del sector lechero se embanderan con la iniciativa de la legisladora santafesina Sara Picazo. Entre otras cosas, la discusión se da en torno de la magnitud del aporte que hará cada uno y el peso que tendrán a la hora del manejo.
Los gobiernos de Córdoba y Santa Fe llegaron a elaborar un proyecto para el sector, que fue anunciado hace pocos meses durante una visita que realizó el presidente Fernando de la Rúa a la ciudad cordobesa de San Francisco.

Difícil consenso
Pero los mejores intentos chocan contra la pelea en el interior de la cadena. El ministro de Producción, Miguel Paulón, presentó el viernes en la exposición rural de Rosario "una serie de ideas" que permitan destrabar la situación. "La experiencia de San Francisco fue aleccionadora respecto de que si llevamos una propuesta cerrada va camino al fracaso", indicó.
"Si no hay unidad de posición entre productores primarios e industriales no se puede seguir adelante, pero hay que tener en cuenta de que hay más leche de la que necesita el mercado interno y una de las estrategias para regular esa presión es desarrollar un programa de exportaciones", dijo.
Si bien no adelantó detalles, adelantó que la posibilidad de acordar precios de referencia y "jugar en el mercado internacional con riesgo compartido" puede ser una alternativa de consenso.
"Si el negocio de la exportación lo manejan juntos productores e industriales, con números conocidos por todos y un sistema transparente de redistribución se podría destrabar la creación de un instituto", agregó.


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