Oscar Lehrer
Puertorriqueño por nacimiento (12/1/47), argentino por cariño y un verdadero correcaminos en esto de dirigir distintos equipos, el prestigioso técnico Flor Meléndez no pudo estar ausente del Premundial jugado en Neuquén. En esta oportunidad, acompañado por su familia, fue un hincha más de la selección de Panamá, porque en ese equipo jugó Leroy Mario Jackson, un alero goleador (Regatas San Nicolás lo tentó para venir al país) que está casado con la hija mayor del boricua. Una vez terminado el torneo, ya con el título en poder de la selección albiceleste, Flor estaba festejando como un argentino más pero se tomó el tiempo necesario para dialogar con Ovación. Meléndez no se cansó de elogiar al equipo nacional y comenzó diciendo: "No tengo dudas que hoy por hoy Argentina es una potencia mundial. Para mí ocupa el tercer lugar detrás de Estados Unidos y Yugoslavia. La defensa que practicaron a lo largo de todo el torneo fue de lo mejor. Eso demuestra que son una potencia. Además, es un plantel donde pudo entrar cualquiera sin que se resientan los esquemas. En un equipo donde hay talentosos y obreros, lo necesario para alcanzar objetivos importantes". -¿Cómo le puede ir a la Argentina en el Mundial? -Para ver dónde puede llegar tendrá que ganarle a los europeos. Pero creo que está en condiciones para hacer un gran Mundial. -¿Extraña Argentina? -Mucho. Aquí pasé años muy gratos. Tengo muchos amigos con los que mantengo un contacto permanente. -¿Qué es lo que más recuerda? -En lo deportivo, todo. ¿Cómo me voy a olvidar del título de campeón Mundial de Clubes (Copa William Jones) con Obras Sanitarias en 1983? Qué equipo aquel. Qué jugadores... Romano, Milovich, Camissasa, Frazer. A la mayoría de esos los tuve después en un par de temporadas (1985-1986) en Unión de Santa Fe, en los comienzos de la Liga Nacional. -En aquella época, ¿lo sorprendió su designación como técnico de la selección nacional? -Fue una designación peleada, pero no por eso para mí dejó de ser una satisfacción. Hubo mucha oposición para que un extranjero tomara a su cargo el equipo nacional. Pero para que superara ese inconveniente y aplacara los ánimos me ayudó mucho el hecho de que el coreano Young Wan Sohn, con muy buen éxito, tuviera a su cargo la selección de vóley que por aquel entonces comenzó su despegue. -¿Y cómo le fue? -Supongo que muy bien. En esa oportunidad (1986) en el Mundial de España fuimos el único equipo que le ganó a Estados Unidos, que fue el campeón. Al año siguiente, en Asunción, logramos el título Sudamericano, halago que Argentina, después de 14 años recién volvió a obtener hace un mes en Valdivia, Chile. Y ese mismo año estuve con una selección diezmada por muchos problemas de dinero en los Juegos Panamericanos de Winnipeg. En fin, son muchas las cosas que me tienen marcado con este país. -¿Le gustaría volver a dirigir en nuestra Liga Nacional? -Claro que me gustaría. Sé que la situación económica en todos los órdenes está muy difícil y que por esa causa los clubes no andan nada bien. Soy un profesional y siempre estoy dispuesto a escuchar cualquier oferta de trabajo.
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