Año CXXXIV
 Nº 49.190
Rosario,
viernes  03 de
agosto de 2001
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Violento atraco frente a una fábrica de Deán Funes al 1600
Balean en la cabeza y a quemarropa a un comerciante en intento de robo
Eduardo Segovia agonizaba anoche tras recibir un tiro en la frente. Apresaron a los presuntos asaltantes

Un comerciante fue prácticamente fusilado ayer por dos asaltantes que le dispararon un balazo a quemarropa en la cabeza porque no tenía dinero. Ocurrió a las 15 de ayer cuando Eduardo Segovia, de 47 años, fue interceptado por dos asaltantes al salir de un comercio de zona sur. El hombre les respondió con serenidad que no tenía efectivo, pero los maleantes reaccionaron con una violencia inusitada: le efectuaron un disparo en el medio de la frente y luego huyeron sin llevarse nada. Mientras al cierre de esta edición la víctima agonizaba tras sufrir muerte cerebral, dos jóvenes fueron detenidos y, según la policía, confesaron ser los autores del hecho.
El violento asalto se produjo en plena tarde de ayer frente a una fábrica de Deán Funes 1626. Allí funciona la firma Ta Plast, una fábrica de tapas para envases plásticos en la cual Segovia adquiría mercadería para su comercio ubicado en Anchoris y Baigorria.
El comerciante llegó al lugar poco antes de las 15. Estacionó su Fiat Duna rojo, patente ANI865, frente al local e ingresó para realizar una compra. Fue entonces que los asaltantes se acercaron por primera vez al vehículo e intentaron violentarlo, pero los ahuyentó la alarma del coche. Segovia salió a apagarla y volvió a entrar a la fábrica. Luego se retiró cargando las bolsas con mercadería que comenzó a guardar en el baúl de su auto.

"No tengo nada"
En ese momento los asaltantes regresaron y le exigieron dinero a punta de pistola. Los investigadores señalaron que el comerciante no se resistió, pero les dijo a los maleantes que no tenía dinero: "No tengo nada, ni en los bolsillos", expresó mientras comenzaba a retroceder.
Sin mediar palabra uno de los delincuentes le descerrajó un tiro en la cabeza que lo dejó inconsciente en el piso. El proyectil ingresó por el parietal izquierdo y quedó alojado en el cráneo de la víctima.
Los atacantes escaparon por Presidente Roca en dirección hacia la villa La Lata, el asentamiento ubicado en la misma manzana. "Salió de hacer una compra y le dispararon. Es un cliente habitual, una persona buenísima. Es insólito que le haya pasado esto", manifestó con indignación Héctor Sánchez, el titular de Ta Plast.
Sus empleados cuestionaron el retraso de la ambulancia: "Estamos a pocas cuadras del Hospital de Emergencias (Heca) pero el Sies tardó 25 minutos en llegar y el hombre perdió mucha sangre", manifestaron, mientras señalaban el charco de sangre y los restos de masa encefálica que quedaron en la vereda.
Segovia fue trasladado al Heca, donde al cierre de esta edición permanecía en terapia intensiva. Su estado era grave e irreversible: se encontraba en coma cuatro y con muerte cerebral. Fuentes policiales señalaron que Segovia es casado y tiene dos hijas, de 19 y 13 años.
En tanto, personal del Comando Radioeléctrico y de la comisaría 15ª apresaron poco después a dos jóvenes residentes en la zona acusados de ser los autores del hecho. Los detuvieron a las 17.30 en el barrio Tío Rolo, en el extremo sur de la ciudad, en una vivienda de la calle Cumparsita, manzana D, adonde habían ido a refugiarse. Un vocero policial identificó a los detenidos como Damián Vallejos, de 21 años, apodado Chori, y Hugo Alberto Peralta, de 20, quienes contarían con antecedentes por delitos contra la propiedad. La policía informó que uno de ellos estaba realizando una rehabilitación por su adicción a las drogas a pedido de un juzgado.
Según la fuente, los detenidos admitieron haber disparado "accidentalmente" con una escopeta que arrojaron a un volquete lleno de basura mientras escapaban. Hasta anoche el arma no había sido secuestrada, aunque los investigadores presumían que sería calibre 32 o 38.



Donde atacaron a Segovia quedó la mancha de sangre.
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