Año CXXXIV
 Nº 49.173
Rosario,
martes  10 de
julio de 2001
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En barrio Nuevo Alberdi hubo una megaferia para canjear bienes y servicios
El fenómeno del trueque cuadriplicó el número de clubes en Rosario
La gente que asiste prefiere trocar sus productos para sobrevivir en lugar de cortar rutas por un plan de empleo

Sergio Roulier

Rosario se convirtió ayer en la capital del trueque. Por lo menos así lo vivieron los que fueron a la megaferia del canje que se organizó en los galpones ferroviarios del barrio Nuevo Alberdi. Llegó gente de otros sectores de la ciudad, de localidades vecinas y también del Gran Buenos Aires. Se trató de una muestra más de cómo el fenómeno se expandió en la zona: hoy funcionan 140 ferias semanales cuando a mediados de abril pasado eran apenas 36, entre los dos grupos de clubes de trueque que existen en la actualidad.
El trueque les permite a algunos llegar a fin de mes y a otros directamente sobrevivir. Arrancan en el nodo de su barrio y deambulan por otros. Hasta se van a otras ciudades para trocar. Ya en Rosario son más de 20 mil ciudadanos los que optan por el canje. Cada 15 días hay por lo menos cinco ferias que se forman.
Los asistentes, en su mayoría, son personas desocupadas o con escasas opciones de insertarse en el mercado laboral, y ven en el trueque la posibilidad de poder sobrevivir en lugar de hacer piquetes o protestar por una ayuda o un plan de empleo, según lo testimonian. Gladys Gómez fue una de las mujeres que cortó la ruta 34 el año pasado por los planes Trabajar y hoy es la coordinadora del Nodo II de Nuevo Alberdi. "Por lo menos se sobrevive con lo que uno hace", apuntó.
Ayer, su club celebró el primer aniversario con una megaferia del trueque. Vinieron en micros desde Buenos Aires, en combis de la región y también llegaron en auto, bicis y carros. Se trocó de todo, desde alimentos hasta electrodomésticos y muebles. Hubo fiesta con música, juegos para niños, locro, vino y empanadas. Muchos se fueron mejor vestidos o con la comida para la noche, y aprovecharon para colocar sus productos.
La actividad fue especial ya que hubo socios de las otras ferias. Fue posible observar las características propias de cada centro, ya sea por el tipo de productos que se ofrecen o por el perfil social de los asistentes (ver aparte).
Los porteños trajeron la preocupación de que en los clubes aparezca el dinero como medio para el cambio. Dieron cuenta de una investigación de un programa de TV donde se denunció la compraventa de los créditos para el canje. "Esto distorsiona los precios de los productos y fractura las redes", indicó Gladys Martínez, del Nodo Rosario I, para aclarar que el verdadero respaldo de los créditos debe ser el de los productos o servicios que la gente ofrece al ingreso en los clubes.



La megaferia de Nuevo Alberdi se vio desbordada.
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