Fiel a su costumbre de darlo todo sin medir los riesgos, el escocés Colin McRae salió ayer a quebrar ese maleficio que representa para él el Rally de la República Argentina y al menos en este primer día de carrera se quedó con el triunfo que pretendía.
La arremetida iniciada el jueves por Colin McRae en las dos pruebas que se corrieron en el Complejo Pro-Racing se prolongó ayer cuando se disputó el grueso de esta primera etapa.
En un terreno que, si bien no es lo más exigente de la carrera, tiene sus secretos, el más famoso de los McRae se llevó de una corrida las tres primeras pruebas especiales del día y ahí comenzó a definir un poco esta parte de la historia.
McRae anduvo a fondo y trató de demostrar que en la Argentina puede cosechar los primeros puntos de una temporada que para él está siendo bastante negativa. Hasta ahora ganó 6 (5 en forma consecutiva) de las 8 pruebas especiales que se llevan disputadas.
Por supuesto que también habrá que señalar que alguno de los principales rivales de McRae tuvieron ciertos problemas a lo largo de la jornada.
Por ejemplo el finlandés Tommi Makinen tuvo que frenar casi a cero para evitar dañar a un espectador que se cruzó en la ruta, después sufrió la pinchadura de un neumático y para cerrar el sport golpeó su auto contra la montaña.
Aquí una aclaración: Makinen le lleva a McRae 24 puntos, así que al finlandés le importa poco y nada que el escocés se lleve la victoria. Esto deberá ser tenido en cuenta a la hora de la comparación entre ambos.
También fue complicado el andar para los Peugeot 206 que, podría decirse, estuvieron bastante más lejos de lo que indicaban los pronósticos previos. El francés Didier Auriol, quinto, y Marcus Gronholm, sexto, ofrecieron poco de lucha, y el finlandés Harri Rovanpera abandonó.
Pero todo tiene su explicación. Gronholm tuvo problemas con el turbo y rompió el paragolpe delantero de su 206, mientras que Auriol padeció algunos problemas con la caja de cambios (no entraba la primera marcha).
Bueno, en cambio, fue lo hecho por Richard Burns y el español Carlos Sáinz. A pesar de sufrir inconvenientes con los frenos traseros (PE6), el británico se llevó un parcial e inesperadamente colocó al Subaru Impreza en el segundo lugar de la general.
También quedó para rescatar lo de Sáinz. Padeciendo aún dolores en la espalda y problemas estomacales, el español tuvo algo de resto para quedarse con un especial (el 7:La Cumbre-Agua de Oro), y quedar en condiciones de pelear por la victoria, cuando todavía queda mucho por recorrer.
La lucha también estuvo presente en el Grupo N4, en el que los cordobeses Gabriel Pozzo y Marcos Ligato pelearon palmo a palmo por el triunfo parcial, que quedó en manos del primero, aunque ambos sufrieron en distintos momentos inconvenientes que les hicieron perder la punta de la carrera.
Antes del comienzo de la PE5, Pozzo tuvo dificultades con un cable de la batería que le impidió poner en marcha su auto. Se excedió en el límite permitido para iniciar la prueba y fue penalizado, ocasión que fue aprovechada por Ligato.
Ligato no pudo aprovechar mucho la mala suerte de Pozzo, ya que en la PE 7 (La Cumbre-Agua de Oro) pinchó el neumático delantero derecho. Por lo tanto, fue Pozzo quien pasó a liderar nuevamente el Grupo N.
Pasó la primera etapa, pero todavía no llegó lo peor.
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La Ciudad
