Año CXXXIV
 Nº 49.107
Rosario,
sábado  05 de
mayo de 2001
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Empeñosa búsqueda de una familia que vive en Rosario
Localizaron a un hombre después de 24 años
Sus parientes no sabía de él desde 1977 y hasta pensaron que había muerto. Estaba en un hospital en San Juan

Después de estar desaparecido durante 24 años, un hombre de 65 fue localizado con vida por la policía rosarina en un Hospital de Ancianos de San Juan. Su familia le había perdido el rastro en la misma provincia en que fue encontrado después del terremoto de Caucete, en 1977. Ahora sólo espera volver a verlo para saber que le ocurrió y, en el caso de que se encuentre solo, traerlo nuevamente a Rosario, donde viven dos de sus hermanas, dos hijos y doce nietos que el hombre no conoce.
Teodoro Virginio Farías se fue de Rosario a los 38 años después de algunos desengaños familiares, con la esperanza de encontrar trabajo en Santiago del Estero, donde vivía su madre. Aquí dejó a sus dos hijos, Hugo y Omar, que rondaban los 10 años en ese momento, a dos de sus hermanas y a varios primos. Todos se conmocionaron cuando hace unos meses la esperanza de volver a encontrarlo con vida comenzó a tomar forma. Una de las impulsoras de la búsqueda fue su hermana Perfecta, tres años mayor que él, quien hasta el año pasado lo había considerado muerto, como el resto de la familia.
Teo, como lo llaman sus parientes, había mantenido correspondencia con su familia hasta poco tiempo antes del terremoto que destruyó la ciudad de Caucete, en 1977. De Rosario había ido a Santiago, después a Córdoba y finalmente se instaló en San Juan, donde su rastro se perdió después de la catástrofe. Su familia lo buscó, pero todos los intentos fueron en vano. Nadie respondía las cartas y emprender un viaje sin destino cierto se volvía una empresa imposible.
En diciembre del año pasado, una carta con remitente del hombre llegó al Registro Civil de su ciudad natal, en Santiago del Estero. La carta se extravió, pero un empleado le avisó a uno de sus parientes que Teodoro estaba vivo.
Poco tiempo después, una segunda carta llegó a Salavina y fue la que permitió que la familia presentara una denuncia por averiguación de paradero. El trámite lo hizo su hermana Perfecta en la sección Seguridad Personal de la Unidad Regional II, de Rosario.
Lo primero que constató la policía es que el hombre aparecía en los padrones electorales, por lo que alentaron la idea de que estaba con vida. Después de encargar su búsqueda en distintas zonas de San Juan, el jueves a la noche recibieron la respuesta: Teodoro estaba internado en el Hospital de Ancianos de Benavídez.
Su hermana Perfecta es la única que pudo hablar con Teodoro por teléfono, ayer a la mañana, a través de una programa de radio. Sólo pudo cambiar con él un par de frases antes de que se cortara la comunicación. Pero le alcanzaron a la mujer para alentar la ilusión de traerlo a Rosario nuevamente "si es que no tiene familia", un deseo que comparte con otra hermana radicada en la ciudad y con los hijos del hombre.
"Tiene dos hijos que casi no conoce y doce nietos, aunque todavía no lo sabe. Lo único que me preocupaba era que estuviera bien de salud, porque pensar que estaba internado me había puesto triste", dijo anoche Perfecta, aún emocionada de haber dialogado con su hermano.
Perfecta cree que Teo no tuvo una vida fácil y esa es la razón que encuentra para explicar una ausencia de tantos años. "Se quiso olvidar de todo lo que había vivido", apuesta la mujer, mientras piensa cómo reencontrarse con su hermano.


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