Sorpresa, orgullo, honor fueron las sensaciones por las que atravesaron los organizadores del III Festival Internacional de cine Independiente de Buenos Aires con la presencia del cineasta Jim Jarmusch, quien se convirtió en el invitado de lujo del encuentro. Jorge Telerman, Secretario de Cultura de la ciudad y Quintín, director del Festival, tuvieron que salir a comprar un premio sorpresa para homenajear al mítico director de cine independiente. En medio de la gran plaza central de lo que fuera el viejo Mercado del Abasto, ahora Shopping del Abasto, Jim Jarmusch tuvo su primera y larga sesión con la prensa argentina en su visita al país.
Muy delgado, cabello blanco y voluminoso, cara de recién levantado, saco con arabescos en la parte inferior de los brazos, llegó el director de "El camino del samurai" a la hora señalada. A pesar de sus cincuenta años, trasunta un aspecto eternamente joven ,que sólo los veteranos del rock suelen ostentar.
Es el referente obligado de toda una generación de cineastas rockeros que abrevaron en las fuentes underground neoyorquinas, específicamente en Manhattan de finales de los setenta y principios de los ochenta. "Estoy apabullado e intimidado por la presencia de tanto público" dijo, tal vez sobreactuando algo de modestia, como primera frase, ante la ansiedad de más de doscientas personas que sentían que estaban ante una oportunidad única. Luego, reafirmando su estética rockera, preguntó al auditorio (eran más de la cinco de la tarde): "¿Están todos desayunados?".
Los propios errores
"No soy una persona analítica, todo lo hago por intuición. En cuanto a cierta atracción que yo genero entre los jóvenes cineastas se debe al mal gusto de la gente" dijo el creador de "Extraños en el paraíso" y provocó la carcajada generalizada.
En cuanto a sus inicios, relató la historia clásica de un talentoso que casi se pierde por falta de dinero: "Estudié en la Universidad del Cine de Nueva York en un programa de tres años, pero cuando terminé los dos primeros me quedé sin dinero. Entonces hablé con el director con idea de abandonar los estudios, pero me ofrecieron un beca y pude seguir y terminar".
La presencia de Jarmusch fue la gran oportunidad de escuchar de su propia boca una definición de cine independiente, siempre una materia algo volátil para conceptuar en estos tiempos. "El cine independiente, o cualquier actividad independiente, significa encontrar tu propio sendero e incurrir en tus propios errores y no en equivocarse del mismo modo que lo hacen los demás. Es hacer tu película como te sale a vos sin respetar los cánones planteados de antemano. Lamento que en estos momentos se tome la palabra independiente con un sentido comercial, desde la industria, desde Hollywood. La palabra Independiente está un poco bastardeada en estos momentos, un poco usurpada", explicó Jarmusch, para luego reconocer que "si el cine independiente hubiera que ligarlo a un nombre propio ese es el de Sam Fuller, alguien determinante en mi trabajo" .
Con humor el director de "Bajo el peso de la ley" dijo que vino a ver películas al festival porteño y se alegró de que "en Buenos Aires exista un clima, una atmósfera favorable al cine independiente, europeo", y agregó: "Siento sana envidia de todo lo que este festival proporciona y promueve. Por el contrario, en Estados Unidos estamos siendo forzados a consumir cada día más las películas de los grandes estudios de Hollywood", para sorpresa de los presentes".
El placer del borde
Así como escapó de la industria del cine comercial y logró ir adelante con sus propias ideas y realizaciones, y también evita ser incluido en movimientos culturales compartimentados y postula un utópico underground planetario: "Es difícil decir que el underground sea un movimiento o que lo haya sido. En la actualidad, a través del video digital y otros avances tecnológicos muchos creadores se pueden independizar sin depender tanto de sistema, de los grandes estudios, de los que tienen la plata y mandan. Hoy existe un underground global, no tan circunscrito a ciudades, Nueva York, Buenos Aires, Londres y demás. Debemos responderle a las grandes corporaciones que controlan el mundo con un gran underground globalizado a nivel mundial".
Luego profundizó su concepto estético definiendo una idea del gusto por los "bordes". "Me siento exilado filosófico en mi propio país. Todo lo que manda es el signo pesos y no entiendo como la gente no se conecta con la naturaleza. Soy exilado de la corriente de pensamiento dominante en el mundo en este momento", dijo Jim y luego agregó: "Tengo una natural identificación con la idea de exilio en el sentido de lo que está afuera. Suelo ver lo más bello a aquello que está en los bordes, en los márgenes y no en las corrientes centrales".
Inevitablemente, el final de la charla recayó sobre los proyectos del director: "Estoy escribiendo dos guiones al mismo tiempo, lo que de por sí es algo esquizofrénico. Por lo demás, no me gusta hablar de algo que todavía no salió a la luz, soy un poco supersticioso en ese sentido. Acabo de filmar un corto de 10 minutos en Inglaterra junto a otros directores que hacen otro tanto. Su nombre es «10 minutos más viejo»", dijo festejando su propia idea.
La Ciudad
