Año CXXXIV
 Nº 49.018
Rosario,
domingo  04 de
febrero de 2001
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Las bodas se arreglan sin noviazgo previo

A los gitanos les gusta el baile y en el año tienen varios. Las celebraciones de la Inmaculada Concepción y de la Virgen del Rosario, del Valle y de Itatí son fechas importantes en su calendario. A ellas se suman los cumpleaños -sobre todo los de 15-, los agasajos a parientes que hace mucho que no ven y los bautismos. Pero la fiesta mayor es el casamiento, que puede extenderse durante varios días.
El matrimonio no es civil ni religioso. Se consagra estrictamente con la fiesta, adonde los gitanos dan rienda suelta a la alegría y a los placeres. A pura cumbia llega la novia de blanco riguroso, con un collar enorme de monedas de oro y repleta de flores.
A las invitadas también les toca un ramito, que conservarán hasta el día siguiente si la desposada demuestra, en la noche de bodas, su honestidad. "Si la chica no es virgen, el marido se la queda igual. No la puede devolver", acota Joanca. No obstante, la virginidad es celosamente custodiada por la familia gitana. "Los padres te cuidan para que la gente no hable mal de vos y te respete", sostiene.
Al matrimonio se llega sin noviazgo previo y después de que los padres "arreglan" la boda. Los padres del novio son quienes rigurosamente deben pagar la fiesta. "A nosotras nos vienen a pedir", dice María, y aclara que el matrimonio preferencial se da entre primos.
"No te podés negar al que te pide", asegura Sofía, que ya está casada, y agrega: "Si estás enamorada de otro, allá el corazón, después te enamorás de tu marido".
Pero esta costumbre también admite excepciones. "Al casamiento lo manejan los padres, pero ya mucho ha cambiado", admite otro joven que ya pasó por el matrimonio.
Sin embargo, la permisividad no se aplica a los matrimonios de gitanos con personas de afuera de la comunidad. "Si mi hijo se quiere casar con una no gitana que se case, y cuando quiera dejar la mujer que la deje; entonces vuelve y se casa con una gitana: nosotros criollos no queremos", se sincera otra de las ancianas.
La versión de que los gitanos son polígamos es puntillosamente desmentida, pero la infidelidad de los hombres se tolera. "¿Cómo los gitanos no van a tener muchas mujeres si son tan lindos?", se pregunta Margarita Belén, mientras lava la ropa en plena calle y les sonríe pícaramente a sus nueras. Eso sí: "El matrimonio gitano es para toda la vida", aseguran las mujeres.



Tradicionalmente ellas no pueden negarse al casamiento.
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