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 domingo, 09 de septiembre de 2007  
La transición. El gobernador dijo que le dejará a Hermes Binner una provincia impecable, con dinero y obras
Obeid: “Mi gestión no fue plebiscitada”
Les restó entidad a quienes lo sindican en el peronismo como “el mariscal de la derrota”

Mauricio Maronna / La Capital

“El poder desgasta a quien no lo ejerce”, sentenció alguna vez Giulio Andreotti. La frase debe retumbar en los oídos de Jorge Obeid, quien encara sus últimos tres meses de gestión. Por eso, el gobernador le dice a La Capital que no dejará ninguna de sus atribuciones hasta el último día, aunque se muestra enteramente abierto a sobrellevar la transición consensuando con su sucesor, Hermes Binner.

   El titular de la Casa Gris considera que el 2 de septiembre no fue plebiscitada su gestión porque él no era candidato, asegura que le dejará a Binner una provincia impecable y ratifica que le gustaría que en su tumba esté escrito el epitafio: “Aquí yace el gobernador que derogó la ley de lemas y terminó el puente Rosario-Victoria”.

   —¿Qué siente en lo íntimo después de una derrota dura, la primera tras 24 años?

   —No es la primera, llevo 40 años haciendo política. Disfruté muchos triunfos, pero también derrotas de distinto tipo, electorales, y algunas otras muchas más duras. Siempre es mejor ganar que perder, pero no hay que dramatizar. Fue un revés importante para el justicialismo porque perdió el gobierno provincial, una cantidad importante de intendencias, pero también ganó en lugares donde hacía mucho que no se triunfaba o que nunca se había ganado. Fue una derrota y hay que asumirla como tal, debe servir para recomponer las fuerzas y prepararse para las elecciones presidenciales. Además, en dos años tenemos comicios legislativos y en cuatro una nueva compulsa.

   —Pero imagino que debe sentir una sensación extraña al tener que entregarle los atributos del mando a un opositor.

   —Tan extraña como la que me tocó vivir hace 4 años, cuando tuve que ser oposición al gobierno de la Alianza en el Congreso. Pero sí, cuando uno ha estado mucho tiempo en el gobierno justicialista, es extraño estar en una situación distinta... El que hace política tiene que acostumbrarse a ganar y a perder.

   —Lo extraño es que usted tuvo dos últimos años de gobierno y perdió hasta en lugares que gozan de los beneficios del rumbo de la economía. ¿Qué interpretación tiene para eso?

   —En primer lugar no se plebiscitó mi gestión, el gobernador no era candidato a nada, pese a que teníamos un excelente candidato a gobernador como (Rafael) Bielsa, quien fue poseedor de un mensaje muy claro y conocedor de la provincia. Había una voluntad subyacente de buscar un cambio, cosa que se refleja también en departamentos donde el peronismo nunca había ganado, como en Las Colonias y, de repente, el peronismo ganó todas las intendencias.

   —¿Se equivocó en la elección del candidato?

   —No, además fue el candidato que aceptó serlo. Ante un posible triunfo de la oposición no había gran oferta de postulantes, yo rescato la valentía y el coraje cívico de (Agustín) Rossi y de Bielsa, quien fue un gran candidato. El está muy asociado a Rosario.

   —Se lo sindica a usted como el mariscal de la derrota. ¿Hubo otros dirigentes que no pusieron todo lo que podían?

   —No ando pasando facturas en la derrota, asumo mis responsabilidades y me pongo a trabajar para solucionar los errores. No voy con la histeria colectiva que ataca a dirigentes peronistas que salen a hacer caza de brujas. Yo asumo mi derrota... Perdón, mis responsabilidades... Ahora me dedico a construir para que Cristina triunfe en octubre y el justicialismo vuelva a ganar en la provincia. Mientras tanto, haremos una oposición responsable dándole la posibilidad a Binner de que gobierne sin ponerle palos en la rueda.

   —Para ser más directo: ¿usted cree que no tuvo el apoyo de Reutemann como lo hubiese deseado?

   —En absoluto. Reutemann participó en todo, personalmente, y con su equipo político. Muchas figuras importantes de su agrupación, entre ellas Alberto Hammerly, quien fue el primer candidato a diputado provincial. Otros referentes suyos han sido electos senadores y han trabajado mucho al lado de Bielsa.

   —Teniendo en cuenta la mala performance, ¿pedirá renuncias a las autoridades del partido a nivel provincial y de Rosario?

   —No soy quién para hacerlo. Seguiré gobernando los tres meses que me quedan, inaugurando obras y demostrando que el peronismo puede gestionar. Y si pensaba dejar la provincia impecable, la voy a dejar dos veces impecable para que el doctor Binner reciba un Estado sólido y no tenga ninguna traba para gobernar.

   —¿No se arrepiente de haber derogado los lemas?

   —Para nada, era un compromiso electoral, formaba parte de mi propuesta política. Y con ley de lemas o sin ley de lemas, el aluvión era tan grande que Binner ganaba igual. Y en tercer lugar, los sistemas electorales no se hacen para que gane un partido o pierda otro. La ley de lemas era engorrosa y sospechada.

   —Según una encuesta del socialismo usted tiene mejor imagen en la provincia que Kirchner.....

   —Me lo dijo el propio Kirchner, y me llenó de orgullo.

   —¿Y por qué esto no se reflejó en el voto?

   —El voto es a las personas. A mí me hubiera gustado competir con Binner, de hecho lo hice y triunfé, pero hay un impedimento claro que es la Constitución.
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Jorge Obeid aseguró que seguirá gobernando hasta el último día de su gestión.

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