La dupla Lilita-Giustiniani, con fuerte impulso inicial

Rodolfo Montes / La Capital

Elisa Carrió disfruta del momento. Con la incorporación de Rubén Giustiniani a la fórmula presidencial se le alinearon los planetas: en una semana frenética de negociaciones, logró impregnarse del riquísimo aroma que emana la nueva primavera socialista de Santa Fe, manteniendo a Patricia Bullrich como jefa nacional de campaña electoral de la Coalición Cívica. “Ya tenemos un país distinto” dice un afiche con su rostro. Luego de las negociaciones fallidas con Ricardo López Murphy, encontró en el presidente del PS el balance político que estaba necesitando.

   Giustiniani, ahora se reveló, siempre quiso ocupar ese sitio pero evitó hacerlo público hasta que el acuerdo no madurara. Por el capricho de la fechas casi coincidentes (entre la elección provincial y el cierra de las listas nacionales), en la semana posterior al urnazo de Hermes Binner y Miguel Lifschitz, el foco mediático de ese triunfo estuvo en Giustiniani y Carrió, la nueva pareja presidenciable.

   El PS acomodó el viernes pasado las cargas internas en un congreso que fue apenas un trámite. Y aprovechó para obtener una nueva foto de campaña, la de Lilita y Rubén delante del telón rojo del socialismo: la segunda foto importante de la pareja luego del gracioso arrumaco que ambos se prodigaron en el lanzamiento de la fórmula.

   Cerrado el ciclo electoral de Santa Fe (no el de Córdoba), se abren los últimos comicios de año. Todos los interrogantes están abiertos. “El kirchnerismo decía que la elección nacional era un trámite, pero la única realidad es que hay millones de argentinos que no tienen decidido el voto”, se entusiasma Giustiniani. Carrió sueña con atrapar los votos de las clases medias urbanas que vienen mostrando una asombrosa independencia.

   Con el capital simbólico de la rosa roja triunfante en Santa Fe, supuestamente a cuestas, Lilita sueña traccionar votos en todo el territorio. Desde 2003, Carrió viene en una clara declinación electoral en todas sus intervenciones, y también la de su ex partido ARI. ¿Podrá revertir la tendencia y acceder a un ballottage?