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domingo,
09 de
septiembre de
2007 |
Desesperado reclamo para que cese tala y desmonte en Salta
Buenos Aires.- Unas cien comunidades indígenas junto al obispo de Orán, Jorge Lugones, reclamaron al gobierno provincial y nacional que “detengan ya la destrucción” del medio ambiente en el noreste salteño, señalaron hoy a través de una declaración.
Las comunidades denunciaron la persistencia de “daños irreparables e irreversibles” por el desmonte y la tala indiscriminada del bosque nativo que llevan adelante empresas privadas para exportar madera a paises asiáticos.
En una declaración conjunta de seis puntos, indígenas wichí, toba, chorote y chulupí de los departamentos Rivadavia, San Martín y Orán expusieron la “apremiante situación de violación de los derechos humanos y ambientales”.
“Detengan ya la destrucción del medio ambiente, decreten la inmediata suspensión de los desmontes y toda explotación forestal descontrolada e irracional”, precisa el texto que lleva la firma del obispo de Orán.
Los indígenas señalan que pese a las incesantes denuncias sobre los desmontes, realizadas ante las autoridades provinciales, continúan “sin obtener resultados que frenen estos atropellos a nuestro bienestar y al bien público en general”.
La declaración agrega que, por el contrario, lo que obtuvieron es “una mayor y más rápida depredación ambiental por parte de empresarios inescrupulosos, nacionales y extranjeros”.
Materia prima de la supervivencia de los indígenas, el palo santo, lapacho, cedro, algarrobo, guayacán, palo blanco, entre otros, se vende a países asiáticos y europeos “cuando no se convierte en humo quemándose delictivamente en el proceso del desmonte”, según denunciaron.
Frutos y fauna del monte, miel, plantas medicinales y alimenticias, caza, pesca, leña, carbón, son los productos que enumeran los indígenas al explicar la base económica de su existencia que también pasa por la obtención de elementos para artesanía y carpintería.
El desmonte “nos deja en una situación de hambre y parálisis laboral”, puntualizaron en el documento elaborado por los habitantes de los tres departamentos salteños.
Un allegado a los wichí que pidió no ser identificado, aseguró que se “se está pagando $120 la tonelada de palo santo, mientras se calcula que un artesano puede ganar esta suma de dinero con solamente 3 kilos de productos artesanales”.
La declaración fue firmada por el obispo Lugones, FundaPaz y Asociana, de la iglesia Anglicana, ambas organizaciones habitualmente asesoras de criollos y comunidades indígenas. (Télam)
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