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miércoles,
05 de
septiembre de
2007 |
Una huelga en el subte de Londres deja a miles de a pie
Londres. — Cientos de miles de personas se vieron obligadas ayer a hacer largas caminatas o soportar viajes en medios de transporte completamente abarrotados en el segundo día de la huelga de los empleados del metro de Londres. El primer ministro británico, Gordon Brown, y el alcalde de la capital, Ken Livingstone, criticaron el conflicto laboral y lo calificaron de “totalmente injustificado”. El sindicato RMT inició la huelga el lunes para exigir garantías de trabajo y jubilaciones para cientos de mecánicos tras el colapso de una empresa de mantenimiento privada.
Los residentes y visitantes de la capital británica se vieron afectados por enormes retrasos tanto para ir al trabajo como para regresar a sus hogares. Los autobuses y trenes de refuerzo debido a la huelga quedaron desbordados. Nueve de las 12 líneas de la red de metro más larga y más antigua del mundo están paralizadas por completo.
Millonarias pérdidas. Los expertos estiman los costos del paro en unos 50 millones de libras por día (unos 75 millones de euros/100 millones de dólares). El metro de Londres es utilizado en días normales en promedio por tres millones de personas.
La huelga tiene consecuencias políticas para el gobierno laborista y para Brown en particular, en vista de que el primer ministro defiende la participación de empresas privadas en los servicios públicos. De acuerdo con una encuesta, el 76% de los londinenses cree que el trabajo de mantenimiento del metro debería ser realizado por operarios de la London Underground —la empresa pública de transporte— y no otorgado a compañías privadas.
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