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sábado,
07 de
julio de
2007 |
El Papa Benedicto XVI declaró beato a Ceferino Namuncurá
El Papa Benedicto XVI firmó ayer el decreto que declara beato (primer paso en el camino de la santidad) al mapuche Ceferino Namuncurá. El Pontífice rubricó la notificación oficial que reconoce un milagro de curación atribuido a la intercesión del “lirio de las pampas” durante una audiencia con el cardenal José Saraiva Martins, prefecto para la Congregación para las Causas de los Santos.
La ceremonia de beatificación se realizará el 11 de noviembre en la localidad rionegrina de Chimpay, donde nació Namuncurá, según anticiparon voceros salesianos, orden a la que él pertenecía.
Namuncurá se convertirá así en el primer beato netamente argentino y también en el primer indígena en alcanzar esa condición en el país.
El 15 de mayo la Congregación para las Causas de los Santos aprobó por unanimidad el milagro atribuido a la intercesión de Ceferino.
El secretario de ese dicasterio vaticano, monseñor Michele Di Ruberto, explicó que “es un milagro espléndido, que honra al próximo santo, a la Iglesia y a toda la familia salesiana”.
El milagro que se aceptó como tal es el caso de una mujer de Córdoba, que tenía 24 años y que se curó en forma instantánea e íntegramente de un cáncer de útero, y hasta pudo concebir nuevamente.
Para la ciencia este hecho es absolutamente inexplicable y fue corroborado con estudios médicos (anteriores y posteriores) de la mujer, que acreditan la desaparición de la enfermedad.
Este milagro atribuido a Ceferino se produjo en 2000.
Con Carlos Gardel. Ceferino nació el 26 de agosto de 1886 en Chimpay y es hijo del cacique Manuel Namuncurá y de la chilena Rosario Burgos. Cursó sus estudios primarios en una escuela de oficios de la localidad bonaerense de Tigre y luego en el colegio Pío VII, donde fue compañero de Carlos Gardel.
En 1903 decidió su vocación sacerdotal, pero por razones de salud, los salesianos lo trasladaron a Viedma, en donde fue pupilo del colegio salesiano San Francisco de Sales.
Allí monseñor Juan Cagliero, uno de los fundadores de la obra de Don Bosco en la Patagonia, tomó a Namuncurá como ahijado en 1898. El religioso lo llevó a Italia para que el muchacho fuese tratado de tuberculosis y para completar su formación teológica.
Ceferino Namuncurá murió el 11 de mayo de 1905, a los 19 años, en Italia y sus restos fueron repatriados recién 19 años más tarde.
Para ser declarado beato, además de los atributos personales de caridad y virtudes heroicas, se requiere un milagro obtenido a través de su intercesion y verificado después de su muerte. El hecho debe ser probado a través de una instruccion canónica especial, que incluye tanto el parecer de un comité de médicos (algunos de ellos no son creyentes) y de teólogos. El milagro no es requerido si la persona ha sido reconocida mártir.
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El Lirio de las Pampas murió a los 19 años.
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