Bajo el agua. Se desplazan con vehículos del Ejército, Prefectura, Gendarmería y la policía provincial

Miles de santafesinos abandonan sus casas amenazadas por el agua

La Intendencia dispuso la evacuación preventiva de un amplio sector de la capital provincial

Carlos Roberto Morán / La Capital

Santa Fe.— Mientras miles de personas de diversos barrios de la zona oeste procedían ayer a abandonar sus hogares debido al avance de las aguas, las autoridades se veían en la necesidad de habilitar nuevos centros de refugiados.

   Aunque ayer el número oficial de evacuados llegaba a las 20 mil personas, reubicadas en 70 centros en distintos puntos de esta capital, el intendente Martín Balbarrey dispuso que los barrios Chalet, Villa del Parque, San Pantaleón, Barranquitas, Santa Rosa de Lima y San Lorenzo, en los que viven cerca de 100 mil habitantes, fueran preventivamente desalojados.

   Así durante toda la jornada se pudo apreciar que camiones Unimog del Ejército, vehículos de Prefectura, Gendarmería y la policía provincial, como también particulares, procedían a transportar a los miles de santafesinos damnificados esta vez por el agua de lluvia que, con dos fuertes chaparrones, volvió a hacerse presente.

   El reclamo de bombas de agua, bolsas de arena y la presencia de autoridades, fue nuevamente una constante que se dejaba oír recorriendo los barrios afectados o escuchando a los vecinos que expresaban sus quejas por radio o la televisión.

   El agua siguió avanzando desde el oeste y el norte hacia sectores más céntricos, pero la avenida Freyre y las avenidas Blas Parera, Facundo Zuviría y Aristóbulo del Valleeran los verdaderos diques.

   Tanto Santa Fe como diversas localidades cercanas, fueron afectadas por la inusitada precipitación pluvial que en apenas cuatro días superó los 500 milímetros, casi la media anual, y es por eso que no sólo esta ciudad sino poblaciones próximas, como Santo Tomé, Recreo, Laguna Paiva, Esperanza y Coronda, Monte Vera, Candioti, Franck, San Jerónimo Norte y Sauce Viejo y distritos aledaños, debieron evacuar a parte de su población, mientras el sector agropecuario sufría pérdidas significativas, especialmente la zona de chacras, ya notoriamente afectada por las lluvias del pasado diciembre.

   Las autoridades insisten en que las defensas del sector oeste se encuentran consolidadas y que no debe temerse por un nuevo desborde del Salado, pero la población teme que se produzcan filtraciones y no puede negarse que la indicación del intendente de desalojar los barrios más próximos a ese río no hicieron más que aumentar la inquietud existente, visible en los rostros entre atemorizados y entristecidos de los afectados por el fenómeno hídrico.

   En tanto, Santa Fe se encuentra aislada en términos viales y en relación al norte, el oeste y el sur, dado que están cortadas la autopista Brigadier López, que conecta con Rosario, así como la ruta nacional 11 —hacia el norte y el sur—, y también pasa lo mismo en un gran tramo de la ruta nacional 19, que une Santo Tomé con Córdoba.

   De esta manera la única vía de comunicación expedita es la ruta nacional 168, que lleva a Paraná a través del túnel.

   El gobernador Jorge Obeid ayer vio demorado su regreso a Santa Fe de su viaje a Venezuela, porque era intensa la lluvia que caía mientras se trasladaba a esta ciudad desde el aeropuerto internacional de Ezeiza. No bien pudo reintegrarse, el mandatario presidió una prolongada reunión de gabinete, de la que participaron jefes policiales y militares, pasando revista a la situación que padece toda la provincia a causa de las intensas precipitaciones.

   El ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, dispuso la vacunación preventiva contra la leptopirosis, en tanto aseguraba que la situación sanitaria está controlada.

La presión del agua hizo ceder un tablero del puente de la ruta 11, a 100 kilómetros de Rosario.