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 sábado, 31 de marzo de 2007  
Una carga de cocaína bien encuadernada
Fue hallada en la sede local de un correo internacional. Son 3,200 kilos que iban a España

Leo Graciarena / La Capital

Seguramente a Carlos Gorriarena, Marc Chagall o Raúl Soldi jamás se les cruzó por la cabeza que libros que reseñaran sus obras servirían para que narcotraficantes enviaran cocaína de máxima pureza a España. La metodología, inédita para la ciudad, fue descubierta ayer por efectivos de la Policía Federal al allanar la oficina rosarina de una empresa de correo privado internacional. Eran 3,200 kilos de cocaína envasados prolijamente en libros ahuecados que tenían por destino las ciudades de Madrid, Valencia y Alicante. Los investigadores calculan que esta droga, en Europa, ronda los 100 mil dólares.

Trabajando codo a codo con Interpol, efectivos de la Delegación Rosario de Drogas Peligrosas de la Federal llegaron ayer por la mañana a las oficinas de DHL, en Pellegrini al 1000 con una orden de allanamiento del juzgado Federal Penal y Económico Nº 1 de Capital Federal, a cargo de Valeria Rosito. Iban con un dato preciso: desde la ciudad partían encomiendas que contenían en sus entrañas cocaína de máxima pureza. "Los empleados de la firma no pusieron ningún tipo de traba y colaboraron ampliamente con la investigación", resumió un pesquisa.


Arte y fotografía
Los efectivos policiales pusieron la mira en una serie de encomiendas que tenían como destino domicilios de las ciudades españolas de Madrid Valencia y Alicante que estaban listas para ser despachadas Al abrir las cajas los investigadores se toparon con libros de arte y de fotografía de grandes dimensiones 32 por 23.5 centímetros A simple vista sólo eran libros caros que alguien enviaba a España como suelen hacerlo cientos de editoriales que venden por Internet Pero estos tenían un agregado extra contó un vocero policial

La cocaína estaba oculta en la tapas y contratapas ahuecadas de los libros. Encuadernados a la alta escuela, la cocaína estaba en envoltorios disimulados entre hojas de papel carbónico y recubiertos de una pasta bizcosa. "La preparaban así para despistar los rayos del escáner del aeropuerto y los perros antinarcóticos", confió un pesquisa. "Si bien esta mecánica no es común en Rosario, ya se han detectado en Ezeiza cargas camufladas en revistas, libros, grandes sobres, zapatos y hasta cubrecamas", alertó.


Prohibido abrir
No es caprichoso que los narcos utilizaran un correo internacional como DHL que según detalla su página on line une más de 220 países y territorios en todo el mundo La empresa puede controlar las unidades que transporta pero de ninguna manera tiene autorización para hurgar en el contenido de las encomiendas que sólo se puede realizar con una orden judicial Sólo controla el remitente el peso para cobrar la tarifa y el destinatario Esta metodología no es nueva y según los investigadores está en alza porque el riesgo de que descubran al destinatario final es mínimo Con documentación falsa pueden retirar la encomienda en una oficina del correo antes de que sea entregada en el domicilio confió un vocero policial Si descubren la carga la pérdida no es grande sintetizó

Los investigadores calcularon que un kilo de esta droga de máxima pureza ronda en el mercado local entre los 12 y los 15 mil pesos. Y una vez colocada en continente europeo, el costo de la misma trepa a los 30 o 33 mil euros, según la ciudad. "Una droga de esta calidad puede ser cortada hasta sacar 6 o 7 veces su peso en dosis", concluyó el informante policial.
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