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sábado,
31 de
marzo de
2007 |
Viajeros del Tiempo
Rosario 1905/1910
Guillermo Zinni / La Capital
En vez de policías, sonatas y fugas. La prensa oficial nos ha sorprendido con una nueva que demuestra, una vez más, que no es precisamente originalidad lo que nos falta en el Rosario. Todos saben que no hay vigilantes, que la jefatura carece de recursos para pagar haberes medianamente satisfactorios, que gracias a que las comisarías se hallan casi abandonadas los robos se suceden a cada instante y que todas las reparticiones policiales se parecen en que no hallan a un caco ni por prodigio. Debido a esto, se dijo que el jefe político, coronel Hernández, había ido a Santa Fe para tratar ante el gobernador la reorganización radical y completa de las policías de esta ciudad, y que ahora mismo está corriendo tras S. E. en Buenos Aires para llevar a buen puerto ese punto. Pero no: cuando todos esperábamos que ese viaje tuviera como consecuencia un mayor número de policías y un mayor presupuesto, se lanza al público la noticia de que en realidad lo que Hernández trata con el gobernador es la fundación de... ¡una nueva banda policial de música! Estas genialidades son dignas de que se ensalcen y graben en bronces. Porque, fuera de toda duda, ni a los mismos excéntricos norteamericanos se les ocurriría nunca reprimir la delincuencia con largos solos de Schubert o con algún vals vienés. Excepto, que esa aparentemente tan imprescindible banda esté destinada a consolar con melancólicas sonatas a las víctimas de los ladrones...
Para golosos. Maní japonés se vende en la fábrica D. Muratorio. Rosario, Libertad 755.
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