|
sábado,
31 de
marzo de
2007 |
Teherán tiene todas las cartas a su favor
Londres. - El primer ministro Tony Blair promete incrementar la presión sobre Irán para lograr la liberación incondicional de los 15 marineros e infantes de marina británicos. Pero casos como éste, de gran notoriedad a nivel internacional, casi siempre se resuelven otorgando concesiones, dado que los captores llevan la ventaja.
El truco para los gobiernos que intentan sacar a sus ciudadanos o personal militar de dificultades como las de los marines británicos es mostrar una apariencia de firmeza frente a su propia opinión pública mientras que discretamente intentan encontrar un incentivo aceptable para provocar que la otra parte actúe.
Eso ayudó a conseguir la liberación de estadounidenses cautivos en Irán durante 444 días hace más de 25 años. Luego de un intento de rescate fallido, el presidente Jimmy Carter prometió no interferir en los asuntos internos de Irán. Aun así, los iraníes esperaron hasta el 20 de enero de 1981, minutos después que Ronald Reagan prestó juramento como presidente, para liberar a los rehenes.
Más recientemente, el presidente George W. Bush fue forzado a otorgar alguna concesión a principios de su primer gobierno, cuando un avión espía de la marina estadounidense aterrizó en la isla china de Hainán, luego de estrellarse con un avión de combate chino. Cada parte acusó a la otra de haber causado la colisión del 1º de abril de 2001. Los chinos despojaron al avión espía de todo el equipo que pudiera ser de interés y detuvieron a su tripulación de 24 miembros. El gobierno de Bush declaró más tarde en una carta que "sentía mucho" la muerte del piloto chino y haber ingresado a espacio aéreo chino sin autorización. China liberó a la tripulación 10 días después del accidente, pero se quedó con el valioso avión espía otros tres meses.
enviar nota por e-mail
|
|
|