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martes,
27 de
marzo de
2007 |
Vendedores en colectivos
El viernes pasado, en ocasión de tomar un ómnibus de Semtur de la línea 123, subió un señor con un canasto con panes tipo varilla y con voz fuerte y penetrante empezó con un discurso estridente pidiendo colaboración con la compra de los panes a un peso cada uno. Por supuesto, el discurso tenía palabras que tocaban nuestras fibras más sensibles, hablando de los chicos drogadictos para los cuales estaba tratando de recaudar mediante la venta. Exhibía una credencial de Remar, que dijo ser de ayuda a drogadictos. Entiendo que hay institutos especializados en el tema, cantidades de entes oficiales que se dedican a proteger a los drogadictos... ¿o no hay? De cualquier manera, este sistema de venta en ómnibus de pasajeros al estilo de Buenos Aires sería bueno que se cortaran de raíz. La gente no puede ser presionada por estos pseudovendedores sin saber dónde va lo que recaudan y tampoco quieren ser aturdidos en el viaje que realizan. Que vendan en la calle. Demasiado uno tiene que soportar.
María Fousat
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