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domingo,
25 de
marzo de
2007 |
[Perspectivas]
Cuidar el medio ambiente, una necesidad báscia
El periodista y biólogo Sergio Federovisky analiza las protestas populares que tienen como eje los temores a la contaminación
En “El medio ambiente no le importa a nadie”, el periodista y biólogo
Sergio Federovisky describe los principales desastres ecológicos que sufre la Argentina, pero además utiliza tres casos emblemáticos para ejemplificar cómo la gente demanda hoy soluciones al Estado y pone el tema ambiental como eje de la protesta.
“La aparición de masivas manifestaciones populares que ubican al medio
ambiente como eje de su discurso y de su reivindicación es un dato novedoso,
que revela la existencia de una subjetividad diferente, y como tal hay que
registrarlo”, apunta Federovisky en el libro, recién publicado por Planeta.
El plebiscito realizado en Esquel (Chubut) en 2003, que interrumpió el
proyecto de una mina de oro en el lugar; la resistencia de los vecinos de
Gualeguaychú ante la radicación de una papelera y la actitud de vecinos de
Caballito en contra de la construcción de torres en el barrio “son casos que comienzan a mostrar un cambio”, sostiene el autor.
Federovisky señaló que “el volumen que implica cada uno de estos casos
revela que es muy discutible la idea de que la permanencia en el tiempo de los
problemas ambientales se debe a la falta de conciencia, como muchas veces se
sostiene”.
Hoy “también se demuele la muletilla de que el tema del medio ambiente
es una prioridad número cien porque la gente primero quiere resolver sus cuestiones más básicas —subrayó el periodista—. El tema ambiental suele aparecer
como una postergación necesaria: en realidad esa es una coartada que esgrimen
los gobiernos para no ocuparse del problema”.
En los ejemplos que analiza, “el tema del medio ambiente está puesto incluso
por delante del supuesto benefi cio del progreso”, que implicarían las actividades económicas cuestionadas. Lo novedoso “es que no se va en contra de una empresa: la gente ubica al Estado como el verdadero responsable, que debe satisfacer a los consumidores”.
En este sentido, Federovisky mencionó los estudios realizados por Ignacio
Lewkowicz sobre el cambio de relación entre la sociedad y el Estado. Allí se verifican dos transformaciones paralelas y hasta consustanciales: “la conversión
de los Estados-nación en técnicos administrativos y la conversión simultánea
de los ciudadanos en consumidores”.
En el caso de Esquel, “la gente reacciona frente a la posibilidad de la
contaminación, no pone el acento en lo económico. Un criterio desarrollista
bastante básico que prevaleció durante la década del 50, 60, y entrados los 70
consideraba a la contaminación como un subproducto indeseable pero aceptado
de la industrialización”.
“La sociedad demuestra hoy que al menos esta escala de prioridades entró
en un cono de dudas. Como se ve en Gualeguaychú, hay grupos de personas
que eligen perder la posibilidad del supuesto progreso con tal de no atravesar
la amenaza cierta de la contaminación”, consideró el periodista.
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