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domingo,
25 de
marzo de
2007 |
Opinión: Cambalache
Luis Alberto Yorlano / Especial para Ovación
Cuando se va a la búsqueda de lo que no se sabe, siempre se termina con una gran duda sobre la elección. Esto es lo que está ocurriendo en Central con respecto a la contratación del técnico que reemplace a Néstor Gorosito. Es un ir y venir de nombres que poco tienen que ver con las necesidades y el conocimiento del gusto de sus hinchas. Sin piloto de tormenta como fue en un momento Zof, es muy difícil tomar decisiones acertadas. Cualquiera opina y no todos pueden hacerlo. Los confunden las actitudes de muchos interesados que quieren llevar algo para su bolsillo sin importarle el club.
Hay unas bandas de chicos y chicas que les gusta la informática, se dedican a llenar las máquinas de votos para un técnico amigo a cambio de unos pesos diarios. Además, lo que preocupa, es la diferencia de criterio para llegar al éxito, que hay entre cada uno de los técnicos que se postulan. Hoy se confronta idiosincrasia, nombres y antecedentes muy pocos convincentes. La mayoría de los candidatos vienen de renunciar de los clubes que dirigieron. Y esto es muy común en el fútbol argentino, donde técnicos fracasados inmediatamente son contratados por otros clubes. Es un círculo vicioso que siempre gira sobre los mismos nombres.
Si el recurso genuino de los clubes de fútbol es la venta de sus jugadores, deben poner toda su energía en las divisiones inferiores. Proveer de estos a la primera división es la meta y la vidriera para cumplir con este recurso. Pero lo primero que se debe saber es qué tipo de juego aplicará el técnico del plantel superior. Hay que realizar un trabajo integral. El marcador lateral de la octava debe ser similar al de la cuarta, tercera y al titular del primer equipo. ¿Cómo se consigue esto? A través de la elección que debe hacer una comisión de fútbol o de un coordinador, observar cuál de los técnicos de inferiores tiene condiciones para dirigir la primera. Seguir de cerca su crecimiento en el club y luego enviarlo a distintos países para observar cómo trabajan los equipos que juegan en los torneos más competitivos del mundo. Actualizarse con las tácticas y la preparación física.
Con esto se terminaría con el cabildeo inútil que provoca la contratación del nuevo técnico. Esto es como la letra del tango Cambalache, cuando dice "es lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón". Sobre esto, ya hay antecedentes en Rosario. Carlos Timoteo Griguol que llegó a la primera división en Central, siendo su origen las inferiores, igual que Marcelo Bielsa, que fue técnico de Newell's y llegó hasta la selección nacional. l
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