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domingo,
25 de
marzo de
2007 |
Técnicas para el bienestar
Las prácticas respiratorias ofrecen herramientas para mejorar la calidad de vida
La energía resulta imprescindible para el ser humano. Todo proceso corporal depende de ella: la división de una célula, la digestión, el funcionamiento de todos los músculos, hablar, pensar. Aun sin realizar un esfuerzo físico considerable consumimos energía.
En el aspecto físico, para que la liberación de energía se produzca necesitamos oxígeno que se obtiene a través de la respiración externa, inhalación y exhalación, e interna en el proceso digestivo al descomponer el alimento ingerido. La respiración es la base para formar instructores, profesores y terapeutas psicocorporales. En cuanto al aspecto emocional, somos nosotros quienes debemos crear nuestro propio estímulo. La energía mental y la emocional pueden proceder de diversas situaciones, por ejemplo hacer cosas que nos gustan.
El yoga dance, artístico, recreativo o en el agua, son algunas de las opciones para mantenerse vital, además de brindar efectos terapéuticos beneficiosos para la salud.
Para los niños que sufren las consecuencias de una vida cotidiana agitada, tanto en la familia como en la escuela, el abordaje desde el yoga incrementa la creatividad y los estímulos para un mejor desarrollo, y en tanto la preparación como auxiliar de yoga en embarazo permite ejercer una ayuda importante durante esa etapa y el parto, usando técnicas de respiración.
Existen diversos factores psicológicos, físicos y ambientales que inciden en la reducción de los niveles de energía, que se conocen con el nombre de depresores, y aunque no siempre es posible eliminarlos por completo se pueden evitar a través de técnicas de bienestar, que se aplican holísticamente, o la reflexología.
Aunque lo natural es estar sano, desde la psicología social los problemas suelen desencadenarse cuando se ha descuidado la salud durante un tiempo prolongado, y hay que enfrentarse con las consecuencias de un estilo de vida desequilibrado. Los talleres de optimización, en los que se trabajan con estrategias grupales en diversos ámbitos, ofrecen herramientas útiles para mejorar la calidad de vida.
Señales de alerta
Las situaciones difíciles constituyen un factor depresivo porque pueden acarrear como consecuencia cualquier enfermedad. Hay dos puntos esenciales que contribuyen a detectarlas y a superarlas.
El bajo nivel energético, por ejemplo una mala respiración, constituye una señal de alerta indicadora de que nuestro sistema inmunológico está deprimido, y que tenemos pocos recursos.
Es importante expresar emociones ya que reprimir problemas e inquietudes es también una manera de perder energía (miedos, falta de decisiones, inseguridad).
Una vez perdida la energía es posible cambiar ciertos hábitos cotidianos perjudiciales por otros más saludables, y tomar medidas de prevención haciendo prácticas respiratorias, de relajación y meditación desde la inteligencia espiritual.
Ada Lamboy
Master en yoga científico
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