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domingo,
25 de
marzo de
2007 |
Opinión
Bioenergía: la contracara del modelo
Pablo Bertinat (*)
Los biocombustibles son una fuente de energía renovable, condición necesaria pero no suficiente, ya que su producción y uso puede ser fuertemente insustentable. Dólares más o menos, la tonelada de aceite de soja se vende a 450 dólares, mientras que la tonelada de biodiesel de soja a unos 650 dólares. Esta sencilla ecuación provocó que casi todos los productores de aceite de soja de Santa Fe se encuentren montando plantas para transformar aceite en biodiesel, sumamente automatizadas y con nula promoción de empleo.
La estructura de precios de los combustibles en Argentina hace que sea inviable, bajo la ecuación actual, que los mismos vayan a ser utilizados en el mercado local bajo estas circunstancias, incluso a pesar de la puesta en marcha de la ley de biocombustibles. De esta manera, el "negocio" de los biocombustibles en la provincia se podría encuadrar en la idea de que esencialmente representa un incremento de las ganancias de las empresas del sector, con el agravante de que esto se transformará en una nueva presión sobre los territorios, de manera de seguir extendiendo la frontera agrícola.
Para completar el cuadro, el gobierno provincial aplicará una exención total de los impuestos pertinentes al sector. Por lo cual a aquellas empresas que han logrado alcanzar una ganancia diferencial por cuestiones de mercado se les eliminan todos los impuestos. ¿Qué ganamos los santafesinos con esto?
Los biocombustibles pueden considerarse técnicamente una fuente renovable de energía y podrían aportar a un desarrollo más limpio. Pero esto no es algo intrínseco del producto sino dependerá de su uso, del cómo, del para qué y del para quién. Y hay muchos datos de que si toda la producción mundial de aceites vegetales se transformará en combustibles sólo se lograría reducir el consumo de petróleo en un 3%. O el hecho de que los granos necesarios para fabricar el combustible para llenar el tanque de una camioneta alcanza para alimentar a una persona durante un año son solo datos que muestran la locura de intentar abastecer un modelo de desarrollo petroadicto con vegetales.
(*)Docente UTN y miembro
del Taller Ecologista
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