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 domingo, 25 de marzo de 2007  
Memoria y soledad con la marca de Taparelli
La muestra “El pulso” reúne en el CCB Rivadavia obras “sobre cosas que nos han dolido”

Eugenia Langone / La Capital

Tras más de una década de trabajo en el espacio público, el artista plástico Dante Taparelli volvió a la intimidad de su taller y se dedicó a la producción de una serie de obras que ahora se exponen en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia bajo el título de “El pulso”. Es una producción con una estética que él mismo definió como “neodecadente”, donde se mezclan la guerra, el abandono, la memoria y hasta los recuerdos de la infancia.

Pero no sólo las ganas movilizaron la producción de estas obras, sino que al mismo tiempo “es la posibilidad de decir cosas que en el trabajo en el espacio público, desde el Estado no se pueden decir”.

Así, aparecen objetos-animales como “El gallo de riña” y “El perro”, y también “El niño mirando aviones en el cielo de Irak”, donde se mezclan los recuerdos propios de la infancia con las imágenes de los chicos mutilados en el conflicto bélico, al igual que “Chico pum”.

También las piernas de mujeres con zapatos rojos reunidas bajo el título “La frontera” alude a las imágenes de “las miles de mujeres iraníes que huyen del país y donde la televisión mostraba solamente sus piernas”, detalló Taparelli.


Dolores
Con las obras reunidas bajo una estética “neodecadente que trabaja sobre una carga dramática de los objetos”, según definió, Taparelli buscó ante todo “sacar afuera esos monstruos” y poner en juego “todas las cosas que han pasado y nos han dolido mucho”.

De esa manera, transcurren por la muestra temáticas diferentes como el abandono, la soledad, la guerra, la obsecuencia y la memoria, que representa en su obra “La jaula dorada”, donde adentro se ubica una mecedora que justamente representa la memoria. A ella se suma “Ofelia”, bajo una mortaja con forma de estrella y recubierta por “30 mil burbujas de luz —dijo—”, miles de botones de nácar de todos los tamaños que como perlas son a “al mismo tiempo cuna y mortaja”.

“Como instinto de defensa el ser humano busca olvidar los recuerdos feos y entonces hace alarde de la cosa linda y la frivolidad. Pero de esa manera las cosas vuelven a pasar”, asegura el artista.

La muestra podrá verse hasta el 21 de abril próximo y quienes quieran participar de las visitas guiadas que el propio Taparelli realizará por las obras, podrán hacerlo los tres próximos viernes, a las 19, en San Martín 1080.
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Una de las obras de Taparelli.



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