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sábado,
24 de
marzo de
2007 |
Acusan a taxistas por amenazas
La Justicia imputó ese delito y el de intimidación a dos gremialistas tras la marcha del viernes 16
El juzgado de Instrucción de la 4ª Nominación avanza en la investigación por la violenta y caótica marcha que protagonizaron cientos de titulares de taxis el viernes de la semana pasada, cuando se manifestaron por el microcentro de la ciudad para pedir un aumento en la tarifa. Siguiendo los requerimientos de la fiscalía, el juez Jorge Eldo Juárez ya notificó la imputación de cargos por "intimidación pública y amenazas coactivas" a Mario Cesca, titular de la Asociación de Titulares de Taxis Independientes (Atti); y a José Iantosca, dirigente de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis de Rosario (Catiltar).
El magistrado intenta esclarecer si los representantes gremiales actuaron como autores o instigadores de la inusual protesta que copó por tres horas el microcentro de la ciudad.
El juez también ordenó a la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional II de Policía otras actuaciones, que apuntan a identificar a los autores materiales de los cortes de calles, quema de cubiertas, agresiones a otros taxistas que no adhirieron a la protesta e intimidaciones a dos reporteros gráficos que cubrieron la marcha.
El magistrado instruirá que se sume al expediente la versión de los hechos de los comerciantes y transeúntes que se sintieron amenazados por la magnitud de la caravana de taxis que recorrió las calles.
Marcha con bronca
Las cámaras que nuclean a los titulares de licencias de taxis habían salido el viernes 16 a protestar por distintas calles del microcentro de Rosario El objetivo era pedir celeridad en el aumento de la tarifa y mostrar su desacuerdo a la implementación de 500 nuevas licencias
Obstaculizaron el tránsito en Oroño y Rivadavia, y cortaron el acceso en Laprida y Santa Fe y en Santa Fe y Sarmiento. A su paso, quemaron cubiertas, amedrentaron a huevazos a otros taxistas que no se sumaron a la movilización, y arrojaron bombas de estruendo generando un caos en el tránsito por más de tres horas.
El pico de la tensión se vivió en Sarmiento y Córdoba, cuando los tacheros tiraron huevazos contra la fachada de La Capital, quemaron cubiertas, y hasta arrojaron panfletos y bombas de estruendo al fuego, que explotaron cerca de los peatones.
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