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 miércoles, 21 de marzo de 2007  
Nuevas herramientas para rescatar dientes traumatizados

Clarisa Ercolano / La Capital

En un recipiente con leche fría, en suero fisiológico y hasta en la boca misma. Los recursos para conservar, al menos por tres horas, una pieza dentaria, son válidos y pueden evitar la colocación de un implante dental. Para la doctora Marcela Fridland, odontóloga rosarina con numerosos posgrados en el extranjero, defensora a ultranza del salvataje de dientes o muelas que hayan sufrido traumatismos, “el implante debe ser el recurso a utilizar cuando ya no es posible mantener el diente en boca”.

Fridland, quien además es miembro de la American Association of Endodontist, asegura que los traumatismos dentarios son accidentes que ocurren con bastante frecuencia y que requieren de una intervención rápida pero adecuada. “Hay padres que me traen el diente envuelto en algodón y eso es una barbaridad, porque las chances de reimplantarlo son mínimas”, dice. “Cuando un diente sale de la boca hay que ponerlo dentro de la cavidad lo más rápido posible o bien, en un recipiente con leche fría o solución fisiológica”.

Las fracturas son más frecuentes en el sector anterior de la boca. De hecho, una encuesta realizada por el National Institute of Dental Research confirmó que al menos en Estados Unidos, el 25 por ciento de la población de entre 6 y 50 años sufrió algún tipo de traumatismo dentario. En niños y adolescentes, especialmente los varones entre siete y dieciséis años, se registra la mayor incidencia, mayoritariamente en los incisivos superiores.

“En todos los casos de dientes fracturados se debe hacer un examen completo para llegar a un diagnóstico certero del estado de la pieza afectada, además de un seguimiento de rutina, ya que un traumatismo que inicialmente no presenta signos de daño severo puede reaccionar con el tiempo presentando distintas patologías dolorosas”, advierte la odontóloga.

Cuidados y prevención. De los distintos tipos de lesiones cabe resaltar como de mayor gravedad la avulsión dentaria, que es la caída total de un diente con su corona y raíz a causa de un traumatismo. Cuando el diente cae, debe reposicionárselo en la boca, en su misma cavidad, previo lavado con agua, teniendo cuidado de no tocar la raíz.

“Una vez que el odontólogo recibe al paciente debe higienizarlo, reubicar la pieza e inmovilizarlo, además de prescribir una terapia con antibióticos”, afirma Fridland, quien agrega que el éxito de estos tratamientos está en el manejo del paciente y de los familiares en el momento del accidente.

Muchos traumatismos pueden prevenirse con el uso de protectores bucales, sobre todo en la práctica de deportes en que exista el riesgo de un impacto súbito en la cara. Además, el uso de cinturones de seguridad puede evitar golpes por frenadas bruscas.

La odontóloga advierte que también, la ortodoncia temprana en niños, sirve como barrera de contención, sobre todo al momento de sufrir golpes en juegos y otras actividades.

Fridland aclara que muchas son las ocasiones en que como el diente se golpea pero no se fractura, se le resta importancia al asunto. “La inflamación o infección, que a veces no se perciben, pueden causar dolor y hasta formar un absceso”, explica, y agrega que el tratamiento de conducto es una buena forma de aliviar el dolor. “La mayoría de los dientes tratados con endodoncia deberían durar igual que cualquier otro”, asegura la profesional, que además remarca que el tratamiento y la posterior restauración del diente, “son un método más económico que extraer el diente y reemplazarlo por un puente o implante”.

Para despejar dudas, Fridland aclara que no es recomendable usar soluciones para lentes de contactos o bebidas con alto nivel de sodio para la conservación. La leche fría conserva bien las fibras que permiten que el diente no sea rechazado por el alvéolo donde debe ir inserto. Además, todo diente que sufrió un traumatismo, se haya caído o no, debe ser controlado periódicamente mediante radiografías para evitar lesiones.

Más allá de que la mayoría de los pacientes tratados con esta técnica volvieron a casa con sus dientes sanos y salvos, la doctora quiere hacer hincapié en un caso particular que llegó luego de cinco meses de que su diente había sufrido un traumatismo. “El diente le bailaba en la boca, pero con el uso de una sustancia que genera calcio, pudimos conservarlo y hoy todavía lo tiene”, dice con satisfacción.

Finalmente, Fridland enfatiza la importancia de conservar la raíz. “Así se puede colocar un perno y una corona, mientras que sin nada, el implante puede ser rechazado. Existen tecnologías para realizar casi cualquier tarea”, subraya y agrega que pese a la eficacia de los métodos, “nada es tan bueno como el diente original”.


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Fridland utiliza tecnología de última generación.


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