Viajeros del tiempo

Atención con las gomeras. El uso de esas llamadas "gomeras", que los muchachos manejan con todo desparpajo por las calles y en las puertas de sus respectivos domicilios, va siendo ya por demás intolerable. No sólo originan con ese juguete perjuicios materiales como ser la rotura de vidrios, sino que causan desgracias personales que en no pocos casos pueden llegar a ser irreparables dada la clase de proyectiles que usan: piedrecillas de regulares dimensiones y verdaderos recortados de plomo que sin duda deben obtener en las fundiciones. Como comprobante de las desgracias podemos citar un hecho cuya veracidad nos consta. De una casa situada en la calle Corrientes, y de cuyo inquilino reservamos el nombre, un muchacho lanzó con su gomera unos proyectiles de los llamados "recortados" y del que tenemos muestras a disposición de la policía, tomando como blanco a un pequeñuelo de otra casa ubicada casi al frente de la primera. Uno de los proyectiles chocó contra la cabeza del niño y con tanta fuerza que le rasgó el cuero cabelludo, infiriéndole una herida de la que manó abundante sangre. ¿Y si en vez de dar en la cabeza le pega en un ojo? A estas horas habría una desgracia imposible de reparar. No hay muchachos de los que van a las escuelas que no lleve consigo su gomera, ni mucamito que no la posea. Por lo mismo, no es difícil a la policía proceder al secuestro de esas armas arrojadizas, llevando presos a la vez a aquellos en cuyo poder las encuentre a fin de saber quiénes son sus padres, patrones, guardadores o tutores, y obligarlos a prohibir a los menores el uso de las gomeras, amenazándolos con la aplicación de una multa en el caso de que aquellos reincidieran. Es preciso proceder con energía contra esos pequeños y en no pocos casos conscientes delincuentes que gozan así produciendo daños y dolores. Al árbol hay que criarlo recto desde pequeño.

Fumadores de arriba. Don Gabriel Fabre denunció en la comisaría 2a que al abrir ayer el café del Centro Comercial, de que es propietario, notó que durante la noche le habían sido sustraídos 50 paquetes de cigarrillos Americana, 25 Radicales, 25 Bouquet, 10 Sublimes, 16 Segalés, 20 París, 4 cigarros Excepcionales y 75 pesos en efectivo. También ayer don Santiago Palacino, domiciliado en el boulevard Argentino esquina Moreno, se presentó a la comisaría 7a comunicando que le habían hurtado de una jardinera que tenía en el patio de su casa 15 cajas de cigarrillos Ideales, 5 de Americana, 8 Sin Bombo, 4 Bahía, un paquete de fósforos Estandarte, 300 cigarros toscanos, 50 de la paja y otros tabacos más cuya clasificación no recuerda. Pocos momentos después de haber sido hecha esta denuncia las mercaderías fueron halladas en un almacén del boulevard Argentino y España, donde se detuvo a dos desconocidos que se supone autores del robo.

La Negra. Ayer hizo su centésima entrada a la policía Tomasa Fernández (a) La Negra, quien perfectamente alcoholizada promovió un escándalo a las ocho de la noche en la misma esquina del departamento de policía. Por cierto que el agente que la detuvo usó un procedimiento bastante duro, pues hasta se permitió golpear a la desdichada mujer, que no por ser una degenerada debe ser tratada con rudeza. ¡Y todo en la misma puerta del departamento!

Investigación y realización Guillermo Zinni ©

La Capital 1900/1905