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miércoles,
02 de
agosto de
2006 |
Nuevos tratamientos pueden evitar el trasplante de córnea
"Mi hijo tiene 24 años, le diagnosticaron queratocono y nos dijeron que la solución es el trasplante de córnea; me enteré de esta campaña y vengo con la esperanza de que me den otras opciones". Edith, la mamá de un joven que pierde la vista en forma progresiva, es una de las 150 personas que ya se acercaron al Hospital Centenario de Rosario donde se está desarrollando una campaña de detección e información sobre queratocono, enfermedad que se presenta generalmente en la pubertad y que afecta la visión, al punto de que la solución habitual suele ser el trasplante de córnea.
Los controles gratuitos finalizan hoy, de 9 a 12. Mañana está previsto que se realicen en forma gratuita varias operaciones con una técnica novedosa y menos invasiva que el trasplante, llamada cross linking, que aparece actualmente como una respuesta alternativa al problema.
Carlos Argento, profesor titular de Oftalmología de la Universidad Nacional de Buenos Aires y director del Instituto de la Visión, estará mañana en Rosario para encabezar las intervenciones a pacientes previamente seleccionados. En diálogo con La Capital, el médico explicó que la campaña local es la continuación de una primera organizada el año pasado en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires. "Si bien no es un problema común, los oftalmólogos vemos queratocono con cierta frecuencia y es por eso que queremos difundir la opción del cross linking, que consiste en la colocación de anillos intracorneales para que la córnea recupere su forma".
Argento señaló que para detener el queratocono se recurre normalmente al trasplante de córnea, lo que genera una serie de dificultades, entre otras, la larga espera para conseguir las córneas (hay más de 3500 personas anotadas), las posibles complicaciones del injerto y el prolongado posoperatorio.
La técnica de cross linking requiere entre 10 y 15 minutos y no se necesita hacer una incisión en el ojo, explica el especialista. Además, el posoperatorio "es rápido", señala Argento.
El tratamiento se viene utilizando desde hace más de 15 años en el mundo y en la Argentina comenzó a practicarse hace 6 años pero sólo en casos puntuales. "La intención es multiplicar su uso debido a los buenos resultados obtenidos", agrega el oftalmólogo.
Dudas y esperanza
Carlos tiene 35 años y afirma que desde hace 10 tiene problemas visuales. "Quiero saber si sufro de queratocono; me vieron varios oftalmólogos y ninguno me habló de esto, y la verdad es que tengo dudas", confiesa, mientras espera que lo llamen para la consulta.
Por su parte, Norberto llega con todas las expectativas: a los 20 años le detectaron queratocono y en 1968 le realizaron un trasplante de córnea; ahora viene por otra alternativa. "Quieren volver a operarme porque el problema avanzó en mi ojo izquierdo. Escuché de estas nuevas técnicas y estoy deseoso de que me digan que tengo esperanzas", señala.
Gran convocatoria
El frío es intenso, pero eso no detuvo a las personas que acudieron al Centenario en busca de respuestas para su problema visual; mientras aguardan ser atendidos, algunos charlan animadamente y comparten sus experiencias. "Estamos contentos con la repercusión", afirma Alejo Vercesi, jefe del servicio de Oftalmología del Centenario, quien se hace unos minutos para hablar con la prensa ya que está desde las primeras horas de la mañana atendiendo pacientes.
"La verdad es que también vienen personas con otros problemas visuales. A esos pacientes les damos un turno común; pero para aquellos que efectivamente sufren de queratocono les brindamos información y les comentamos las opciones sobre los nuevos tratamientos", relata.
Vercesi hace hincapié en la prevención. "Más que antes sabemos que la detección precoz implica mejor pronóstico, mejor calidad de vida y menos gastos para el sistema de salud, por eso avanzamos con este tipo de campañas, con el objetivo de captar a las personas con estadios iniciales de la enfermedad", agrega.
La aparatología de última generación aporta precisiones, pero la mirada clínica sigue siendo primordial, dice Vercesi. "Las personas jóvenes con visión borrosa, que deben cambiar de anteojos permanentemente y a los que ya ni siquiera los lentes de contacto le dan resultado tienen que descartar el queratocono; a veces, en la primera etapa de la enfermedad se puede confundir con otras patologías", remarca.
En la Argentina, sufre la enfermedad una de cada 1800 personas. Aunque las causas son desconocidas aún, las últimas investigaciones mundiales en la materia dan cuenta de un componente genético y hereditario, por lo tanto, no es raro que se presenten varios casos en una misma familia.
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