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 miércoles, 02 de agosto de 2006  
Un botín de dos ruedas. A diez días del crimen de Luciano Drovandi hubo dos hechos que podrían haber sido fatales
Los atacan a tiros para robarles las motos
Ocurrieron en la zona sudoeste. Un pibe de 20 años fue herido en un brazo y un hombre de 41 en el abdomen

Eduardo Caniglia / La Capital

A sólo diez días de que el joven Luciano Drovandi fuera asesinado por un par de pibes que le robaron la moto en barrio Belgrano, otros dos motociclistas fueron baleados por resistirse a que le sacaran los rodados. Esta vez el final no fue trágico, pero ambos hombres debieron ser internados con los proyectiles dentro de sus cuerpos. A una de las víctimas, un balazo le atravesó el abdomen y anoche estaba internado en el Hospital de Emergencias en estado reservado tras una intervención quirúrgica. El otro fue derivado a un sanatorio privado y su vida no corría peligro.

Uno de los casos ocurrió cerca de las 8 de ayer y la víctima elegida por los maleantes fue Jonathan Ferreyra, un obrero metalúrgico de 20 años, casado y padre de un nene de 3 años. Ayer, como todos los días, salió de su casa de avenida Francia al 4500 para dirigirse a la fábrica de carrocerías donde trabaja como soldador desde hace dos años. Entonces se subió a su Honda Guerrero de 110 cc. y empezó a recorrer el mismo camino de siempre. Pero al llegar al cruce de Francia y Acevedo fue emboscado por dos delincuentes que casi le quitan la vida.

"De la nada aparecieron dos muchachos que me dijeron «dame la moto» y enseguida me dispararon", recordó Jonathan en la cama del sanatorio Mapaci, donde se repone de las heridas. Y agregó que "uno de los tipos tenía el rostro tapado con una bufanda roja y una gorra".

El trabajador dijo que primero se sorprendió por la irrupción de los maleantes y que luego de ser baleado no experimentó dolor cuando dos proyectiles disparados por uno de los asaltantes atravesaron su brazo y su mano izquierda. "Después de que me tiraron el primer balazo no sentí nada. Entonces me apuntaron a la cabeza con el revólver. Yo aceleré y me quise cubrir, pero el tipo me disparó otra vez, aunque tampoco sentí el impacto", recordó.

Curiosamente, a pesar de que Jonathan no podía resistir el atraco debido a las heridas, los ladrones decidieron marcharse sin llevarse el rodado mientras que el muchacho intentó controlar el vehículo y continuar la marcha. Entonces, divisó a través del espejo retrovisor que quien había abierto fuego, "un hombre bajo y de pelo corto" y su cómplice encapuchado, se habían esfumado.

Jonathan ya estaba en camino a la comisaría 18ª, donde planeaba radicar la denuncia por el asalto, cuando sintió que el brazo izquierdo le flameaba. Había llegado a la esquina de Francia y La Vincha y ya no podía manejar más. Un pibe que estaba en ese cruce lo acompañó entonces a la seccional donde apenas pudo contar lo que le había sucedido. Un rato después, un patrullero lo trasladó al Heca, donde recibió las primeras curaciones. "Tuve que esperar tres horas para que me vendaran", se quejó el obrero acerca del trato que recibió en el hospital municipal.

Después fue derivado al sanatorio Mapaci, donde anoche estaba internado con el brazo inmovilizado. Jonathan contó que los proyectiles no quedaron alojados en el cuerpo. "Los médicos me dijeron que dentro de unos días me van a tener que operar y colocar una prótesis de platino", señaló mientras se quejaba del dolor y se sentía impotente por las consecuencias laborales que esto le podría acarrear.

Ayer a la tarde, el joven tenía dos presunciones. Creía que los ladrones no se apoderaron de la moto porque "lo conocían del barrio" y especulaba con que los maleantes "estaban esperando a cualquiera" para cometer el robo.

Jonathan también se lamentó por la creciente ola de atracos que se cometen casi a diario en las barriadas rosarinas. "Donde me robaron es una zona peligrosa", afirmó el muchacho mientras su esposa recordó que Jonathan "podría haber sido asesinado como el pibe de Provincias Unidas y Pellegrini", en relación a Luciano Drovandi.


El otro atraco
El otro asalto a un motociclista ocurrió a las 2 de ayer. Una fuente policial señaló que Rafael Ramón L., de 41 años, fue interceptado en la esquina de Irurtia y Manuel González por tres desconocidos que intentaron sustraerle la moto. Al parecer, el motociclista intentó eludir a los ladrones y la respuesta de los asaltantes no se hizo esperar: uno de ellos gatilló un arma de fuego y un proyectil alcanzó al hombre en el abdomen.

En este caso, los asaltantes lograron llevarse la moto de Rafael, quien poco después fue derivado al Hospital de Emergencias, donde fue intervenido quirúrgicamente y anoche estaba internado, según una fuente policial, "en observación".
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Jonathan se sorprendió al verse frente a los dos delincuentes que lo balearon.

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