Neuquén: se prendió fuego para evitar que lo desalojen

Neuquén.- Un hombre sufrió hoy graves quemaduras al prenderse fuego en momentos en que personal policial intentaba desalojarlo de su vivienda, edificada sobre tierras fiscales de la ciudad de Neuquén, señalaron fuentes de esa fuerza de seguridad.

El hombre, identificado como Guillermo Pilli, sufrió quemaduras en el 60 por ciento de su cuerpo, por lo que debió ser trasladado al Hospital Provincial Castro Rendón, donde quedó internado en terapia intensiva, señalaron las fuentes consultadas.

El hecho ocurrió cuando la policía concurrió a la vivienda y taller mecánico, que el hombre edificó en Gatica y Domene, para hacer efectiva una orden de desalojo emitida por el Juzgado Civil número dos de Neuquén.

El fallo judicial ordenó el desalojo de las instalaciones para demoler la vivienda, después de que la municipalidad local inició un juicio, debido a que la construcción ocupaba tierras fiscales e incluso la línea municipal de una calle.

“Si me sacan me prendo fuego”, alcanzó a decir el hombre según reveló la policía y precisó que “no dio tiempo a nada porque de un momento para otro entró a la casa, mostró un bidón, se roció y se prendió fuego”.

Varios efectivos policiales munidos de matafuegos lograron apagar las llamas y luego trasladaron a la víctima al hospital, donde quedó internado en terapia intensiva.

Uno de los hijos de la víctima, quien también resistió la orden de desalojo, fue detenido luego de embestir con un vehículo el cordón policial, lo que le causó heridas leves a a un policía.

Vecinos del lugar manifestaron su preocupación por lo sucedido y se convocaron esta tarde en el lugar para protestar por la resolución judicial.

Pilli habría comprado el terreno hace 18 años a otra persona y edificó en el lugar su casa y un taller mecánico pero quedó sujeto a un juicio que demandó varios años por ocupar tierras fiscales y la línea municipal de una calle.

El antecedente más cercano de un hecho de estas características se remonta en Neuquen al 13 de febrero del año 2001.

En esa oportunidad, Rubén Arias, un canillita muy conocido en la ciudad se prendió fuego para resistir el desalojo de la vivienda que había ocupado en el Barrio Confluencia de esta ciudad, junto a su esposa embarazada de seis meses y sus cinco hijos.

Arias murió poco después en el hospital, lo que generó una reacción popular en el barrio que enfrentó a los vecinos con la policía durante varias horas y terminó con la destrucción del destacamento policial del sector.(Télam).-