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miércoles,
02 de
agosto de
2006 |
"Me dieron el pasaje
para venir a Rosario"
Otra indigente chaqueña que llegó con ayuda "oficial"
"El intendente me dio el pasaje para venir". Hortensia García llegó a Rosario desde el Chaco expulsada por la pobreza. Desde hace un año vive acá gracias al empujón que recibió de la máxima autoridad política de Villa Angela, quien le entregó un boleto para viajar en colectivo. La mujer, de 67 años, ahora reside en un asentamiento paupérrimo y duerme en un pozo donde antes había un basural.
"El me quiere mucho", dijo paradójicamente al referirse al jefe comunal y destacar la "ayuda" que le dio. Sin embargo, en su provincia "nadie" se hizo cargo de su indigencia. "Allá no hay nada", confesó.
García duerme en un pozo y se protege del frío cubriéndose con frazadas en un asentamiento de San Martín y avenida de Circunvalación. Tiene una cama ortopédica instalada sobre el hueco cavado en la tierra al que rodea una ínfima casilla de chapa.
Más allá de esta situación de precariedad, la migrante sostuvo "que en Rosario se vive mejor" que en el Chaco y por eso permanece en esta ciudad, a la que llegó el 8 de julio de 2005.
Sin sábanas, duerme habitualmente guareciéndose con una lona impermeable en una zona considerada "roja" por su inseguridad. "Hay mucho viento y cuando llueve se inunda todo", narró la mujer, quien agregó que en esos casos se hace más difícil permanecer allí por el estado resbaladizo del suelo que le provoca constantes caídas.
Hortensia confesó que sólo trabaja esporádicamente en lo que llama "lavados" de autos o viviendas, y que la paga que recibe "es baja, de 3 ó 4 pesos" que la ayudan a sobrevivir.
"No quiero volver al Chaco, acá me van a ayudar mejor", insistió Hortensia, quien es abuela de una niña celíaca de 6 años aparte de otros 7 nietos que habitan en el mismo terreno que la mujer ocupa.
"Todos están viniendo para acá", sostuvo al referirse a sus familiares y vecinos chaqueños. Una advertencia que el intendente Miguel Lifschitz lanzó también hace algunos días al denunciar que "no existen políticas de contención de los ciudadanos del norte" quienes no paran de llegar a la ciudad.
Cuando, en rigor, el programa Rosario Hábitat propone transformar las villas, los asentamientos avanzan a la par de las migraciones.
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Fotos
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Hortensia vive desde hace un año en un pozo que supo ser un basural.
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