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miércoles,
08 de
febrero de
2006 |
Turín 2006: La rosarina del trineo
Michelle Despain emigró recién nacida a EEUU, pero representará a la Argentina en Turín 2006
Le encanta el balneario La Florida, pasear por el centro con sus amigas, la carne y los ñoquis, bailar tango y es simpatizante de Central. Las debilidades de Michelle Despain la revelan como una rosarina más. En realidad, nació en Rosario por un hecho circunstancial y vivió siempre en Estados Unidos, en el estado de Utah. Ahora, con 21 años clasificó a los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín, que comenzarán el 10 de febrero, y decidió representar a la Argentina, convirtiéndose en la primera rosarina en acceder a esta cita olímpica.
Michelle tiene doble ciudadanía y es la cuarta hija de seis hermanos de una familia mormona. Su mamá Susana Carbajal se radicó a fines de los 70 en los Estados Unidos, donde conoció a su esposo Richard Despain, para estudiar en la Universidad mormona de Provo. Estando embarazada, regresó a Rosario en 1984 para visitar a su abuelo que padecía una enfermedad terminal. Fue por pocos días y en ese lapso nació Michelle en el Hospital Británico, el 5 de noviembre.
Desde ese momento el lazo afectivo con Rosario se mantuvo vigente. Cada dos o tres años, Michelle visita a su abuela Elena, que vive en Corrientes y bulevar Seguí, se reencuentra con sus sus amigas del barrio Tiro Suizo y disfruta de la comida argentina. En uno de sus viajes, hasta se dio el gusto de asistir a un recital de Diego Torres en el Gigante de Arroyito. "Me encanta todo de la vida de allá", le comenta Michelle a Ovacion desde Orem, donde reside actualmente, una localidad cercana a Salt Lake City.
Precisamente, en esta ciudad se realizaron los últimos Juegos Olímpicos de Invierno. Al poco tiempo, Michelle se interiorizó del deporte y le encantó.
"El novio de Michelle, Christopher Hoeger, practicaba luge y representaba a Venezuela. Fue él quien le sugirió que compitiera por Argentina. Entonces ella se puso en contacto con las autoridades argentinas y la aceptaron para que represente al país. Le comentaron que podía ser la primera argentina que clasificara en esa disciplina a los Juegos Olímpicos y eso la entusiasmó más", cuenta mamá Susana, quien interviene en la conversación porque a su hija le cuesta un poco hablar en castellano.
"Siento que hice algo bien grande para Argentina", comenta Michelle acerca de su clasificación a las Olimpíadas, tras participar en Italia, Austria, Alemania, Canadá y Noruega, donde debió culminar al menos a tres segundos de la ganadora de cada una de esas pruebas para conseguir el pasaje a Turín.
Actualmente, Michelle ocupa la 41ª posición del ránking mundial y quedó en el 29º puesto en el Campeonato Mundial realizado en Park City (Estados Unidos), el pasado mes de febrero.
Las frases de Michelle son cortas. Admite que le da "vergüenza" hablar y afirma: "En Rosario solamente mis amigos saben que voy a los Juegos. Quizás a partir de esta nota me conozca más gente".
Si bien faltan algunos días para que inicien los Juegos, Michelle piensa "mucho en el momento de desfilar con la delegación argentina y con la bandera".
A Michelle le tocará salir a la pista el 13 y 14 de febrero. En ambos días tendrá dos descensos por la pista. Admite que no existen chances de ubicarse entre los mejores porque lleva "nada más que tres temporadas compitiendo y eso es demasiada ventaja si se compara con las otras chicas". Pero se da por satisfecha con el simple hecho de intervenir.
Turín será un paso trascendente en la carrera de Michelle. Pero ella no le pondrá punto final a su carrera. Seguirá compitiendo, aunque no sabe con que asiduidad porque cursa el tercer año de la Facultad de Psicología y debe dedicarse al estudio. De todas maneras, cuando le toque competir, su sentimiento no cambiará: "Quiero seguir participando para Argentina".
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