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miércoles,
08 de
febrero de
2006 |
Reflexiones
El camino de la ciencia
Jorge Giorgetti (*)
Es probable que Latinoamérica se encuentre una vez más ante la posibilidad que sus pueblos se merecen, cual es la de abandonar la pobreza y reencontrarse o -tal vez para muchos- encontrarse con la educación y soñar con un futuro distinto. Hoy nuestros conciudadanos tienen la mirada vacía de sueños y es tarea ineludible nuestra ponerle a esa mirada brillo.
Sin quitar mi parte de responsabilidad política a esa pesadumbre en estos largos años de militancia, debo decir -y mis propuestas así lo demuestran- que siempre lo he intentado y lo seguiré haciendo. Gran parte de esto lo explicité ampliamente en mis dos libros, "Para cambiar lo que duele" y "Gobernar es producir y distribuir". Días atrás he escuchado con atención el llamado a la reflexión que desde México realiza un científico argentino expatriado en 1976, el doctor Marcelino Cereijido, discípulo de Houssay, quien hace la disquisición entre apoyarse "en" la ciencia o apoyar "a" la ciencia.
Soy de los políticos que cree en la primera opción. De allí que vengo insistiendo en que Argentina necesita una estrategia de desarrollo científico-tecnológico a largo plazo.
Veo con entusiasmo la perspectiva de repatriar científicos para insertarlos en nuestras empresas privadas, pero creo que el trabajo debe ser mucho más a fondo. Argentina debe repatriarse a sí misma en el camino de la ciencia. En el mundo moderno ya no quedan problemas que se resuelvan desde la ignorancia. Si convenimos en que ciencia es una manera de interpretar la realidad, advertiremos que se vuelve imperioso educar para tener la cabeza abierta a la ciencia.
Hoy Argentina -y desde luego hace lamentablemente largos años- forma investigadores que luego se destacan en el mundo, en países que utilizan a la ciencia para interpretar y modificar sus realidades.
Es por todo esto que voy a presentar un proyecto creando el consejo asesor científico del Congreso de la Nación Argentina, en la convicción de que podremos juntos, científicos y políticos, ir transformando la realidad.
Me permito citar una vez más al autor de "La nuca de Houssay" cuando mencionó a Kenneth Galbraith, uno de los economistas más grandes del siglo XX, quien decía que "antiguamente lo que distinguía al rico del pobre era cuánta plata tenían en el bolsillo. Hoy lo que distingue a uno del otro, es qué tipo de ideas tiene en la cabeza".
Nuestra responsabilidad política nos lleva a trabajar sobre la ucronía, es decir imaginar los tiempos que no están todavía, pero que pueden diseñarse para prever el futuro. Sucede que en el medio debemos -y para esto es imprescindible contar con nuestros científicos e intelectuales- salvar el camino anacrónico en el que estamos. Revertir la idea que el mundo tiene de nosotros es tarea que nos resulta indelegable. Y esto no se hace con trabajo de marketing, esto se realiza con la consigna clara de educar, educar y educar.
Sarmiento hizo buen uso de la ucronía, sólo por citar un ejemplo; intuyó el rol principal que el papel del conocimiento jugaría en una futura sociedad moderna.
Nosotros, sus herederos, hemos retrasado el reloj porque pensamos que a nuestra realidad se la puede cambiar con mercados. Por ello hemos valorado mucho más a un agente bursátil que a un científico, y prestándole atención a quienes desde otras latitudes hablaban sobre nosotros.
Tanto se ha confundido esta sociedad que salió a la calle enfurecida, rompiendo edificios y agrediendo a servidores públicos por su dinero, pero aceptó mansamente que Milstein -entre otros- se fuese para no regresar.
Porque estoy convencido en la necesidad de que nuestros chicos no vayan a la escuela porque es obligatorio y porque de paso sus padres se desligan de su responsabilidad durante horas a plazo fijo, sino porque nuestros hijos tienen que ir para aprender y aprehender; es que más que nunca investigadores, intelectuales y políticos tenemos la obligación conjunta ya no de desterrar la pobreza del hambre y la miseria, sino la que es igual o peor: la de no soñar.
(*)Diputado nacional por el PJ
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