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miércoles,
08 de
febrero de
2006 |
Masiva y caótica votación en Haití
Puerto Príncipe. - Los haitianos votaron ayer masivamente en las primeras elecciones presidenciales tras el derrocamiento de Jean Bertrand Aristide, en febrero de 2004, en una jornada en la que al menos tres personas murieron, incluido un policía que fue linchado.
La población acudió a votar en un número tal que abrumó a los funcionarios electorales, quienes trabajaban a marchas forzadas para atender la afluencia inesperada de sufragantes, en unos comicios que buscan retornar al país a la senda de la democracia.
El Consejo Electoral Provisorio decidió extender dos horas los comicios, debido al desborde administrativo y también a las irregularidades que caracterizaron las primeras horas de la votación. Un hombre murió por asfixia y una mujer sufrió heridas en medio de aglomeraciones. La agencia Ansa informó que en el noroeste del país un policía fue linchado después de matar a un elector en circunstancias que se desconocen. Otras cuatro personas resultaron heridas de bala durante los enfrentamientos.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (Oea), José Miguel Insulza, visitó ayer Puerto Príncipe y dijo que la capital capital haitiana estaba "tranquila" en la jornada de elecciones generales.
Los principales candidatos de los comicios eran el ex presidente de Rene Preval, de 63 años, un viejo aliado de Aristide muy popular entre los pobres, y Charles Henry Baker, un hombre de negocios. Si ninguno de los postulantes obtiene más del 50 por ciento de los votos, se realizará una segunda vuelta el próximo 19 de marzo.
Entre los candidatos sobresale la figura de Preval, quien ya condujo al país entre 1996 y 2001, y que estuvo muy cercano al ex presidente Aristide, ahora en exilio
Miles de soldados de las Naciones Unidas y observadores internacionales controlaban el desarrollo de los comicios. La expectativa de vida en Haití es de 51 años, con una línea de pobreza estimada en el 65 por ciento. Los comicios, realizados 20 años después del derrumbamiento de la dictadura de Jean-Claude "Baby Doc" Duvalier, ofrecen la esperanza de acabar con los golpes de Estado y la inestabilidad que paralizaron Haití en los últimos años, opinaron analistas.
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