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 miércoles, 08 de febrero de 2006  
Choque cultural. Pese a las condenas violentas, Dinamarca no se retracta
El diario danés sostiene su larga tradición irreverente
Fundado en 1871, el Jyllands-Posten está habituado a enfrentar presiones y amenazas

Copenhague. - El diario Jyllands-Posten ha generado controversias a lo largo de sus 135 años de vida, pero nunca de la magnitud que alcanzó la publicación de caricaturas sobre Mahoma, con violentas manifestaciones a lo largo y ancho del mundo musulmán. El diario, no obstante, se mantiene firme en defensa de su misión de suministrar "noticias imparciales y opiniones francas".

Gerhardt Eriksen, periodista jubilado del Jyllands-Posten que escribió dos libros sobre el diario, dice que el periódico está acostumbrado a los enfrentamientos con lectores y políticos.

Relató que en 1959 el primer ministro soviético Nikita Jrushev suspendió una visita a Dinamarca porque el Jyllands-Posten había publicado artículos "muy críticos de la Unión Soviética". Acotó que esa postura es coherente con su larga tradición anticomunista.

En 1992, un editorial condenando las políticas antiinmigratorias de un partido motivó gran malestar en los sectores de derecha, según dijo Eriksen. Desde su fundación en 1871 en Aarhus, el diario "mantuvo una postura de centroderecha, pero ello no impidió que disparase en todas las direcciones", indicó.

El diario tiene un tiraje de 154.000 ejemplares durante los días hábiles y de 203.000 los fines de semana, el cual no se ha visto afectado por la controversia. "Perdimos algunos lectores y ganamos otros", manifestó el gerente de ventas Kim Vetsergaard.

El diario decidió publicar las caricaturas luego de que el escritor Kaare Bluitgen se quejó de que no conseguía ilustradores para un libro para niños sobre Mahoma.

El diario preguntó a varios caricaturistas si el temor de herir las sensibilidades de los islámicos no estaba dando lugar a una autocensura. Recibió entonces numerosas colaboraciones y el 30 de septiembre publicó una docena de caricaturas.

Los editores del periódico pidieron disculpas a los musulmanes que se sintieron ofendidos, pero al mismo tiempo dijeron que la publicación de las caricaturas es una manifestación de la libertad de expresión. (AP)
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