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miércoles,
08 de
febrero de
2006 |
Un enfermero confesó
que mató a 29 pacientes
Dijo que quiso evitar sufrimientos a los enfermos más graves. Pidió perdón a los familiares de las víctimas
Un enfermero alemán de 27 años acusado de matar a 29 pacientes con una inyección letal admitió ayer ampliamente los cargos ante el juez y pidió perdón a los familiares de las víctimas por lo ocurrido. Los crímenes en lo que supone la mayor serie de asesinatos de la posguerra en Alemania se cometieron en el hospital Sonthoefen, en el sur del país, entre diciembre de 2003 y julio de 2004, fecha en la que fue detenido el acusado.
En el acta de acusación del proceso ante el Tribunal Regional de Kempten, la fiscalía le acusa de 16 asesinatos, 12 homicidios y un caso de asistencia al suicidio, después de que un paciente le pidiera que lo matara.
El enfermero, identificado sólo como Stephan I., aseguró en el primer día de juicio que en todo momento actuó por compasión. Sin embargo, la fiscalía cree que obró con alevosía y por bajos instintos.
El acusado señaló que quiso "evitar sufrimiento a los pacientes más graves y ofrecerles una escapada a un camino sin salida". Además dijo que lo que él hizo "nada tuvo que ver con la eutanasia activa", pero admitió haberle "quitado dignidad" a los pacientes al haberles proporcionado un "final artificial" antes de su muerte natural.
Varios familiares de los pacientes fallecidos, que se encontraban presentes en el juicio, reaccionaron incrédulos ante las declaraciones del acusado y expresaron que "la petición de perdón fue una burla absoluta", rechazando su justificación de que lo hizo por compasión.
En la sesión judicial, el acusado aseguró que después de ser arrestado se dio cuenta de que lo que había hecho no estaba bien y añadió: "Supe que actuaba contra la ley, pero me sentí en mi derecho".
"Yo quería ayudar a los pacientes porque tenía por ellos lástima, aunque ahora soy consciente de que mis actos fueron catastróficamente incorrectos", dijo, pidiendo perdón al hospital por haber atentado contra la ética profesional y haber provocado fuertes daños a su imagen.
El hospital sospechó por primera vez del joven enfermero en julio de 2004, cuando descubrió el robo de anestésicos. El proceso judicial se organizará en 22 sesiones en las que declararán 80 testigos y tres expertos. El veredicto será emitido a finales de mayo. (DPA)
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Fotos
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Stephan I (de traje oscuro), al comparecer en el tribunal de Kempten.
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