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miércoles,
08 de
febrero de
2006 |
Salud. La técnica es inédita en oftalmología. Por primera vez se realiza en el país
Un médico rosarino utilizó
plasma para la sutura de un ojo
María Laura Favarel / La Capital
Un novedoso método puesto en práctica por primera vez en el país por un médico rosarino suplanta las suturas tradicionales para unir tejidos por plasma del mismo paciente. El oftalmólogo Alejo Vercesi utilizó este recurso para la reparación de un ojo de un hombre de 71 años quemado con cal. La intervención fue realizada el 23 de enero y lentamente el paciente está recuperando la visión.
Hasta el momento era conocido que el plasma procesado (parte de la sangre rica en plaquetas) podía actuar como elemento de unión de tejidos y estimular su crecimiento, de hecho ya se utiliza en otras zonas del organismo. Sin embargo, nadie había intentado aplicarlo en los ojos. Basado en experiencias exitosas realizadas en España, Vercesi utilizó esta técnica en oftalmología por primera vez en el país.
El médico rosarino intentó reparar el ojo dañado por la quemadura realizando dos trasplantes de córnea, pero la magnitud del daño hizo imposible la rehabilitación por esta vía. Como último recurso decidió realizar un injerto de membrana amniótica y células madre para regenerar el tejido. El injerto, en lugar de coserlo al ojo con hilo de nylon, como se hace tradicionalmente, lo "pegó" con plasma procesado del mismo paciente, lo que evita el rechazo y las complicaciones propias de una sutura.
Este procedimiento ya se había utilizado en medicina en áreas como cardiología para el sellado de prótesis, parches y sangrado; en ortopedia y traumatología, en la reparación de fracturas del tendón, injerto de hueso torácico, traumatismos de tráquea, reparación de laceración de hígado, en cirugía plástica y en reparaciones gastrointestinales.
Pegamento natural
La quemadura de cal produjo serios daños en el epitelio corneal, que son las primeras capas de la córnea. El médico extrajo células madre del ojo enfermo con glaucoma (por eso pudo hacerlo, si no lo hubiera dañado). Estas células se encuentran en el limbo esclero-corneal, (zona limítrofe entre la zona del color y el sector blanco), y sólo sirven para regenerar únicamente células del epitelio corneal. A estas células agregó porciones de membrana amniótica (tejido extraído de placenta que actúa como el humus en la tierra), para que se desarrollen y se comience a regenerar el tejido epitelial de la córnea dañada.
La novedad está dada por la utilización de una nueva forma de unión de diferentes tejidos en el lecho del ojo que incorpora el plasma rico en plaquetas y factores de crecimiento como método de sutura. El plasma obtenido es el resultado de un proceso de elaboración química de la sangre del paciente, por el cual se obtiene un gel plaquetario autólogo. Se trata de un sellador y adhesivo de tejidos y heridas, no tóxico, no inmune, que proviene de un concentrado de plaquetas. Estas contienen factores de crecimiento que aceleran la cicatrización.
La ventaja de este método es que se trata de células autólogas, sin riesgo de transmisión de enfermedades, y de bajo costo. La técnica reemplaza la sutura tradicional evitando las molestias del hilo que actúa como un cuerpo extraño en el ojo, las inflamaciones e infecciones.
El médico adelantó que esta sutura tal vez podría utilizarse como complemento en otras cirugías, en procedimientos para ojos ulcerados y en personas con parálisis facial que no pueden cerrar los ojos. "Se puede usar en el ojo mientras no toque la parte central de la córnea", aclaró Vercesi.
Pero, ¿de dónde se extraerían las células madre en el caso de personas con ojos sanos? Al respecto Vercesi explicó que "se extraen muy pocas células madre para no arruinar el ojo y luego se cultivan en laboratorio previa implantación". Otra posibilidad, utilizada por los japoneses con personas ciegas de ambos ojos, es extraer epitelio de la mucosa de la parte interna del labio. Los científicos reconocieron similitudes entre las capas de la córnea y esta zona de la boca.
Membranas en frasquito
En cuanto a la conservación de la membrana amniótica, la novedad está dada por la utilización de un nuevo procedimiento que prescinde de la cadena de frío. Hasta el momento se usaban membranas amnióticas criopreservadas provenientes del Hospital Garraham, de Buenos Aires, las que apenas llegaban a destino en hielo seco debían ser utilizadas.
El nuevo método de conservación liofilisa el tejido, le quita el agua y se guarda en un frasquito a temperatura ambiente. Luego se reconstituye con suero. Esto permite su utilización en cualquier momento, se puede guardar en un cajón y no necesita la cadena de frío.
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