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 martes, 07 de febrero de 2006  
Avance. Los médicos le devolvieron, tras una cirugía de 15 horas, la posibilidad de tener una vida normal
Se presentó públicamente la mujer que recibió un trasplante de rostro
La francesa Isabelle Dinoire, de 38 años, supera las consecuencias de un feroz ataque de su perro

Con el atisbo de una sonrisa, la primera mujer con un trasplante de cara del mundo se presentó ayer ante la opinión pública en una conferencia de prensa. "Mi operación puede ayudar a otras personas a volver a vivir", afirmó la francesa Isabelle Dinoire, de 38 anos, en el Hospital Universitario de Amiens.

Dinoire agradeció a los médicos, psicólogos y a la familia de la donante y aseguró: "Desde la operación tengo un rostro como el de cualquiera". Ahora quiere "volver a tener una vida normal".

La paciente habló con dificultad, porque aún no puede cerrar del todo la boca. Al principio pareció nerviosa, pero después se expresó con voz segura aunque muy difícil de entender porque no controla aún su labio inferior.

"Ya puedo abrir la boca y comer. Desde hace poco siento mis labios, mi nariz y mi boca", declaró.

Los médicos responsables de la operación señalaron que ya han solicitado el permiso para realizar otros cinco trasplantes de cara ante el Ministerio de Salud de París.

En 2005, Dinoire fue atacada por su perro, que le dañó gravemente la cara. El 27 de noviembre le fue injertada la parte inferior de un nuevo rostro, un triángulo compuesto por la nariz, la boca y el mentón de una donante en muerte cerebral.

Con tranquilidad, Dinoire relato cómo en mayo pasado había tomado pastillas "para olvidar" y se había desmayado. Fue entonces cuando su perro la atacó. Al despertar intentó sin éxito sostener un cigarrillo entre los labios y no entendía qué había pasado, hasta que vio "el charco de sangre y al perro al lado". Al mirarse al espejo se dio cuenta del alcance del daño.

El cirujano Bernard Devauchelle defendió la operación ante los críticos. Mostró una foto de la paciente antes de la intervención, en la que se la ve sin labios ni nariz, con los dientes al aire.

"Enseguida nos dimos cuenta de la necesidad de operar", afirmó el especialista, y luego describió el modo en que se realizó la intervención, la reconstrucción de la cara de la donante y la conexión durante horas de los nervios, músculos y vasos sanguíneos. "No fue nada divertido para la paciente", dijo Devauchelle.

"Hay que afianzar la técnica", añadió. Por eso se han solicitado los permisos para los otros trasplantes "en el marco de un proyecto de investigación clínica". Jean-Michel Dubernard, colega de Devauchelle, señaló que hay que desarrollar estas nuevas técnicas "para dar esperanza a personas en todo el mundo".

Siete días después del trasplante, Dinoire pudo volver a alimentarse por la boca. El décimo octavo día, poco antes de Navidad, varios puntos rojos en el labio inferior mostraron que había un rechazo a los tejidos, que fue impedido con medicamentos.

"Más de dos meses después de la operación muestra signos objetivos de estar recuperando sensibilidad", dijo Devauchelle. "Eso es genial, más de lo que nos atrevíamos a esperar".

El médico mostró fotos en las que Dinoire pone su mano en la barbilla y la boca. "Ahora el trasplante le pertenece ya por completo", aunque aún pasarán meses para completar la curación, añadió. (DPA)
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Isabelle, ayer, en el Hospital Universitario de Amiens.


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