El laberinto de Ortega

El Burrito se enfrentará otra vez a River y estará en el centro de la escena

Mauricio Tallone / Ovación

El sueño del regreso siempre estará latente. Por eso la historia se recicla cada vez que Ariel Ortega tiene enfrente la camiseta de River, su amor de toda la vida. Si bien esta tarde será la tercera vez que enfrente al club que lo vio nacer y en el banco millonario esté Daniel Passarella, uno de sus entrenadores preferidos, al Burrito lo incomoda jugar ante River. Eso sí, nunca lo dirá abiertamente porque nunca dejará que el presente contamine sus sentimientos. De hecho, esta semana se llamó a silencio de nuevo y off the récord apenas reconoció que lo que tuvo que decir ya lo dijo durante la pretemporada, cuando acusó a los dirigentes de River de utilizar su nombre políticamente y ser los responsables de truncar las negociaciones sobre su vuelta a Núñez.

Ortega sabe que esta tarde será nuevamente el epicentro en el Coloso. Que los hinchas de River seguirán otra vez con una lupa sus movimientos y tal vez no se banquen que uno de sus hijos pródigos agarre la pelota y quiera convertirles un gol, como sucedió en el Clausura 2005 y el Apertura pasado. De ahí que el Burrito está encerrado otra vez en su laberinto, más allá que las dos veces que enfrentó a River anotó dos goles y en el último partido amagó con festejar su conquista.

"Nunca le gritaría un gol a River porque me une un amor incondicional con sus hinchas. Mi sueño siempre fue volver pero hoy mi presente es Newell's y me debo a esta camiseta. No quiero seguir hablando de los motivos por los cuales no se dio la transferencia porque me molesta decir siempre lo mismo", fue una de las reflexiones que se le escuchó decir al Burrito durante los últimos días para espantar a los periodistas.

La historia de Ortega con River siempre resiste un episodio más. Porque cuando el amor es mutuo no existe resquicio para las ambigüedades. Y si algo que está claro en esta novela de idas y vueltas es que Ortega es un pedazo grande de River, pese a que hoy ocupa un lugar adentro de una cancha con la camiseta de Newell's.

Ortega y la pelota ante Santana en el último partido con los millonarios.