|
domingo,
05 de
febrero de
2006 |
Los correntinos se habrían ido de Brasil horas después del crimen
Garopaba.- La mujer que les alquiló la casa de veraneo a los siete jóvenes correntinos de quienes se sospecha que mataron a golpes a Ariel Malvino en el poblado de Ferrugem, Brasil, dijo hoy que sus inquilinos abandonaron la vivienda que ocupaban unas cinco horas después del crimen del turista argentino y que dos de ellos estaban preocupados, “como enojados”.
Se trata de Marcia Goncalvez, de 28 años, quien sostuvo que recién se sorprendió de la inesperada partida de los muchachos (tenían alquilada la casa 24 horas más) cuando la policía civil brasileña llamó la noche de ese mismo día a la inmobiliaria tratando de ubicar a los jóvenes.
La mujer trabaja hace 11 años en la inmobiliaria Bonaspetti de su esposo, ubicada en el centro del poblado de Ferrugem, a siete kilómetros de la ciudad de Garopaba, al sur de Brasil, y dijo hoy que fue ella quien arregló el contrato de alquiler de la casa donde los siete jóvenes correntinos pasaron casi dos semanas de vacaciones.
La vivienda está situada en la calle Arco Iris 18, unas diez cuadras del lugar donde ocurrió la pelea donde, según la policía brasileña, Ariel Malvino fue atacado a golpes y con una pesada piedra.
Es una construcción de dos pisos con techo de tejas, un alambre perimetral y un portón de madera por donde se ingresa un automóvil.
La mujer indicó que, durante la estadía de los jóvenes, de quien siempre supo que residían en la provincia de Corrientes porque figuraba en las copias de sus DNI que guardaba, no recibió “reclamos de ninguno de los vecinos de los inquilinos”.
“Me parecieron chicos muy educados y la casa donde estuvieron siempre estaba en orden y limpia, nunca un problema”, señaló la mujer.
Goncalvez sostuvo que eran alrededor de las 10.30 del 19 de enero pasado, cinco horas después de que Malvino fue asesinado, cuando los siete correntinos, al parecer a bordo de un Toyota Corolla plateado, fueron hasta la inmobiliaria para decirle que tenían que irse.
“Ellos habían arreglado para quedarse hasta el 20 pero uno de ellos me dijo que debían irse porque al día siguiente tenía que trabajar y vi que otros dos del grupo estaban mal, como enojados”, señaló la mujer, quien dijo no recordar los nombres de cada uno de los muchachos.
Horas más tarde, cerca de las 23 de ese mismo día, la policía civil de Garopaba, que ya investigaba la muerte de Malvino, llamó a la inmobiliaria diciendo que buscaban a los siete correntinos que le habían alquilado la casa y se habían marchado casi 12 horas antes, agregó la mujer.
“La verdad es que cuando atendí el llamado quedé muy sorprendida, no lo podía creer”, dijo Goncalvez.
Según la investigación, seis de los siete sospechosos abandonaron Brasil inmediatamente y no consta en ningún registro el ingreso a Argentina. El restante volvió al país junto a sus padres unos días después del crimen de Ariel.
Respecto de sí en caso de que los investigadores del caso la citen para un probable reconocimiento fotográfico de los siete correntinos sospechados, la mujer dijo que “no podría hacerlo” porque dadas las características de su trabajo, está “en contacto con muchas personas que tienen fisonomías muy parecidas”.
Es que en las próximas horas, Interpol Argentina remitirá a Brasil fotografías de los siete correntinos sospechosos para que los testigos del crimen puedan realizar una rueda de reconocimiento.
El pedido de las fotografías fue realizado por los investigadores policiales y judiciales, quienes intentan obtener la mayor cantidad de datos respecto a los autores del crimen para pedir su detención y, luego, la extradición. (Télam)
enviar nota por e-mail
|
|
|