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 domingo, 05 de febrero de 2006  
Alarmante. Preocupa el consumo del residuo de la cocaína
Advierten sobre el aumento del uso del paco entre los pobres
Cuesta un peso y produce un rápido deterioro físico y psíquico. Causa furor en barrios y villas del conurbano

El paco, llamado la droga de los pobres, por su bajo costo y fácil acceso, logró introducirse en barrios marginales porteños y del Gran Buenos Aires, lo que preocupa a entidades y funcionarios y llevó a varias familias organizarse para salvar a sus hijos, como en el caso de Villa Itatí, en el sur del conurbano.

Esta nueva droga es un residuo que queda en el fondo de los recipientes usados en el proceso de elaboración de cocaína, compuesto de ácidos y solventes, y se la fuma comprimida en un caño metálico que hace de boquilla y se construye en forma casera.

El titular del Comité Asesor de la Secretaría de Prevención de las Adicciones y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), Eugenio Nadra, dijo que "es un verdadero fenómeno de los últimos cinco años y afecta principalmente a los pobres, porque el valor económico es mínimo: cuesta un peso la dosis".

"Así como el éxtasis es la droga de los ricos, el paco es la droga de los pobres, y aunque todas las drogas son nocivas, ésta produce verdaderos estragos. Nosotros recibimos chicos derivados de juzgados u hospitales que llegan con un deterioro notable", comentó Nadra, que es médico psiquiatra.

"El paco produce una imperiosa necesidad de repetir la experiencia antes de caer en una depresión reactiva inmediata a su consumo", agregó.

El asesor de la Sedronar precisó que "hay casos de chicos que consumen entre diez y doce dosis diarias por su bajo costo y la adicción que genera es una consecuencia inmediata, porque el breve efecto de euforia que produce obliga casi inexorablemete a buscar repetir la experiencia".

"El paco se introdujo en los barrios del Gran Buenos Aires y en algunas villas de Capital Federal porque existen en el país laboratorios clandestinos que elaboran clorhidrato de cocaína, que empezaron a comercializar el resto de ese procesamiento", dijo Nadra.

En Villa Itatí, en el partido bonaerense de Quilmes, hubo un gran movimiento por parte de padres de chicos consumidores de paco y, según algunos testigos, lograron neutralizar la venta de la droga, al menos en ese barrio de la localidad de Bernal.

"Los chicos se nos estaban muriendo pero el clamor de algunos de sus padres logró por lo menos frenar este problema y controlar la situación por el momento", dijo una mujer que no quiso ser identificada y que trabaja en un centro de capacitación para contener a jóvenes de 18 a 25 años de ese asentamiento.

La referente social dijo que hubo un allanamiento sorpresivo de la policía en Villa Itatí hace poco más de un mes y eso desactivó a los que vendían en el barrio. "Pero eso fue sólo una parte; el tema es que los padres y los vecinos nos empezamos a ocupar y nos hicimos cargo del problema", confió.

"Todo esto surgió por la insistencia de las propias familias perjudicadas; es que los chicos hacían estragos en sus pobres casas, vendían lo que no tenían para comprar el famoso paco y nosotros empezamos a acompañarlos de otra manera", contó la fuente.

Luego, dijo, "se hicieron reuniones -los foros de seguridad-, vinieron de los grupos de derechos humanos, y todo esto junto al acompañamiento permanente de los chicos se convirtió en un llamado de atención para quienes trafican y ganan dinero a costas de ellos".

La mujer contó que en el centro que ella coordina ayudan a los chicos "para que puedan terminar el secundario, hacer radio, teatro; en fin, hacemos lo que podemos".

Un hombre de una villa del partido de Avellaneda contó el caso de "un vecino que todos los días cuando llega a su casa después del trabajo, sale de vuelta para meterse sin demora en una casilla que está a pocos metros de la suya y allí junto a dos vagos más, fuma durante varias horas, sin siquiera asomarse"

El relato de este vecino que pidió no ser identificado hizo hincapié en que el paco es una droga muy visible, porque produce un cambio notorio en quien la consume, ya que "quita el hambre casi por completo y como consecuencia de esto la persona adelgaza de golpe muchos kilos". (Télam)
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El paco se fuma comprimido en un caño metálico con boquilla.

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