Yo creo: "Los rosarinos siempre tienen que esperar"

Rodolfo Bella / Escenario

Rosario siempre queda al margen de algunas cosas, y el cine es una de ellas. No es grave, pero es una sensación tan frustrante como saber que aunque haga 40 grados a la sombra, hay que refrescarse en La Florida, que no tiene nada que ver con el Caribe. A pocos días de la entrega de los premios Oscar, esa inquietud se acrecienta. Con excepción de "Vidas Cruzadas", que se estrenó el 6 de octubre del año pasado, el resto de las películas nominadas no llegaron a los cines rosarinos. En Buenos Aires ocurre exactamente lo contrario, y en la temporada de verano, también en Mar del Plata y Córdoba. En la gran capital y en la costa atlántica se estrenaron dos de las cinco nominadas a mejor película, "Secreto en la montaña" y "Munich", además de "Orgullo y prejuicio". Entretanto los cordobeses, y los ocasionales visitantes de su provincia, ya pueden evaluar qué tuvo de nuevo para decir Steven Spielberg sobre el conflicto palestino-israelí en "Munich". Para la semana próxima está previsto el estreno nacional de "Syriana", la película por la que George Clooney está nominado como mejor actor de reparto. Quién sabe si los rosarinos tendremos la suerte de verla. Lo que es seguro es que, a partir del próximo jueves, los habitantes de esa "nación" en la que se estrenan los tanques de Hollywood podrán hacerse una idea de si es justa o no la consideración que tuvo la academia ya sea con Clooney, con "Johny and June, pasión y locura", o con "Match Point", la realización de Woody Allen, candidata a la estatuilla en la categoría de mejor guión original, que también se anuncian para esa fecha. ¿Por qué Rosario debe esperar siempre? Es innegable que Buenos Aires, Mar del Plata y Córdoba, dos destinos turísticos de primera línea, nuclean durante el verano a la mayor cantidad de público ávido de entretenimiento, pero hoy, y los números están a la vista, Rosario no les va en saga. Al menos según las estimaciones del Ente Turístico Rosario, que asegura que a la ciudad llegan turistas de lugares tan exóticos como Lituania y Alaska, además de Japón, Suecia y Líbano. Lo que no dicen es si recorren los cuatrocientos kilómetros que separan a Buenos Aires de Rosario con o sin interés de ver una película. Lo cierto es que unos yenes, coronas y libras libanesas no vendrían nada mal a la taquilla de los cines rosarinos.