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domingo,
29 de
enero de
2006 |
De ojos redondos y míticos samurais
Rosario no está al margen del mundo del manga y el animé. Las dos comiquerías que hay en la ciudad (Puro Cómic, San Martín 884, locales 15 y 16, www.purocomic-rosario.com.ar, y Milenario, Riccheri 843 www.milenariocomics.com.ar) tienen sus estanterías colmadas de historietas japonesas. Y desde allí apuntan que existe como cierto regreso al género impulsado justamente por los productos nipones.
Ahora Batman y El Hombre Araña miran desde abajo a los personajes japoneses que pasaron a ocupar las estanterías más vistosas de las comiquerías. "Empiezan a comprarlas más o menos a los 10 años", asegura Alejandro Radeff ,desde Milenario. Pegado a un póster de Star Wars, sobre la que se confiesa fanático, dice que él no logra engancharse con el manga, pero que es asombroso ver a quienes llegan al negocio pidiendo determinada serie.
Martín Temporetti Miranda atiende en Puro Cómic. Es fanático del manga, en especial del histórico que se centra en samurais. En sus brazos tiene tatuados sus personajes preferidos y su pasión puede constatarse en su casa donde atesora cientos de mangas. "Las colecciono, el fan de manga se vuelve un tanto obsesivo. Se enoja cuando mueren determinados personajes, está pendiente de las publicaciones", asegura.
Mientras explica que el manga debe leerse de atrás para adelante y de derecha a izquierda, se deleita mostrando antologías o libros de autor. "Esto es arte", advierte mientras valora el interés por la cultura japonesa que despertó este tipo de historieta.
"Hay chicos que van a la Asociación Japonesa a aprender el idioma, o toman clases de taiko (significa tambor y también el arte de tocarlos) y practican aikido, karate o kendo (el arte de la espada de los samurai)", se entusiasma.
Radeff cuenta que el auge del manga tiene estrecha relación con el animé y su televisación, pero también con que no hace mucho tiempo se empezó a editar en Argentina. En su local además de vender historieta se dictan talleres de cómics, donde el manga atrapa a más de uno.
Martín muestra con fruicción libros de autor mientras asegura que para él en el manga no es una cuestión de marketing que los ojos de las figuras humanas no son rasgados. "Fijate bien, si mirás bien a los japoneses los tienen redondos", dice con seriedad mientras se arrima a una estantería para mostrar una de las últimas vertientes de la historieta nipona: la nouvelle mangá, dibujada y escrita por equipos de japoneses y franceses que tiene una temática más filosófica o existencial.
En los negocios rosarinos se pueden adquirir mangas desde los 6 pesos, aunque hay publicaciones que llegan a los 100 pesos o más, "son las importadas y en general ediciones especiales", explican.
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