Mal rato para la banda de la noche de bodas

Cayeron seis personas acusadas de desvalijar la vivienda de una pareja de recién casados en La Florida

La que se pinta como la noche más feliz de la vida para Diego R. y Débora Z. no lo fue tanto. Volvieron de su fiesta de bodas pensando en la inmediata luna de miel en el Caribe, pero la dicha se les cortó como hielo delgado cuando entraron a su casa de La Florida. Aprovechando la noche de festejo fuera, una gavilla de ladrones había saqueado la vivienda. Arrasaron con los regalos -vajilla, electrodomésticos, ropa, equipamiento electrónico- se apoderaron también de documentación y, como golpe de gracia, de sus pasaportes, el boleto del transfer hasta Ezeiza, los pasajes con destino a Cuba y todo el equipaje para el viaje.

Es mejor no pensar en lo que fue para los recién casados esa madrugada, la del 14 de diciembre pasado, al trasponer la puerta de Matheu al 600. Tal vez ahora Diego y Débora encuentren algo de alivio para remediar esa noche de perros. Ayer una brigada de Jefatura concretó allanamientos en cinco casas y recuperó muy buena parte de los sustraído, muchos bienes de alto valor económico. Hasta los pasajes aéreos del viaje que no fue y los documentos para embarcar.

Como corresponde a un relato de un hecho fuera de lo común, hay rasgos infrecuentes en la integración de la sociedad que vació la casa. Basta decir que entre los que están detenidos figuran dos personas que eran las encargadas de vigilar la cuadra donde ocurrió el robo y que, luego de esa noche y en las sucesivas, nunca más se presentaron a trabajar para la empresa de vigilancia Ranger, donde se desempeñaban. La policía los identificó como Jorge Suárez, de 44 años, y su hijo Walter, de 19.

Una brigada de la sección Seguridad Personal también se ocupó de allanar las viviendas de otras personas, cinco en total, que están presas. Se trata de Carmen Graciela Chuli Díaz, Iván Darío Maldonado, Juan Carlos Domínguez, Juan Carlos Ferreyra y Juan Carlos Espinoza. Todos ellos, indicó la policía, tienen prontuario y variados delitos contra la propiedad.

Una vez más, una de las llaves para desentrañar el robo fue la codicia de los ladrones. Entre las cosas que habían rapiñado de la casa había una tarjeta de débito que tenía el código de identificación. Con ese plástico efectuaron extracciones en un cajero automático del Banco Bisel ubicado en Mendoza al 6600. Según la policía, Chuli quedó registrada por la cámara de seguridad de la entidad.

Entre lo recuperado hay un televisor de 29 pulgadas, un equipo de música, una videocámara digital, una cámara fotográfica Canon, una filmadora Sony, un anillo de oro con rubíes, pulseras de oro, dos teléfonos celulares, un equipo de DVD, tres tarjetas de crédito y un juego de platos y pocillos.

La deserción de los vigiladores de la cuadra, que dejaron sus puestos tras el robo, fue otra de los rastros más elocuentes que dejaron los artífices del atraco. La mayoría de las cosas, de acuerdo a los investigadores, se recobraron de dos domicilios: uno en Colombres al 1500 y otra en Lord Kelvin al 1500. Para olvidar el mal rato, los chicos deberían hacer otra fiesta.