Mercedes Sosa volvió con todo al Festival de Cosquín

Luego de siete años de ausencia la cantante Mercedes Sosa regresó con toda la gloria a la 46 edición del Festival Mayor del Folclore de Cosquín, y logró la máxima convocatoria en la plaza Próspero Molina, donde 11 mil personas disfrutaron de su canto.

Luego del grito de la “Negra”, en la arenga del “Aquí, Cosquín...”, Mercedes inició su perfecto concierto, motivada por los temas de su más reciente álbum, “Corazón libre”, y una lista de invitados y clásicos de su extenso y variado repertorio.

De esta forma y con un clima cargado de emoción, respeto y admiración, comenzó su actuación y así pasaron “Zamba del regreso”, “La canción es urgente”, “Zamba para olvidar” y “El sueño de la vendimia”, con los que logró el aplauso cerrado de la plaza y el recogimiento en los temas más testimoniales.

Luego comenzaron a desfilar los invitados: Rafael Amor en “Corazón libre” (de su autoría), Alberto Rojo (radicado en los Estados Unidos) en “Chacarera del fuego” y “Zamba de Argamonte” y Franco Luciani y su armónica en “El otro país”.

Mientras que en la segunda parte, aparecieron, el mendocino Pocho Sosa en su clásico “Tonada de otoño” y el santiagueño Motta Luna, en la chacarera “Sufrida tierra mía”.

Tampoco faltaron en la velada “Alfonsina y el mar”, “El olvidau”, “Volver a los 17”, “Sólo pa' bailarla”, “Dejame que me vaya” y en el bis “La luna llena”, al tiempo que las autoridades de la Comisión Municipal del Folclore, le rindieron un homenaje con una placa recordatoria y el poncho coscoino, con el adorno de

la “Luna tucumana”, bailada por el Ballet Camín Cosquín.

Un regreso de Mercedes Sosa, que tuvo sus climas y especialmente cuando en la última canción, se animó a levantarse de su asiento y hacer unos pases de baile, mientras se despedía de su gente, que la vivó y le brindó todo su cariño y admiración.

Párrafo aparte merece su efectiva y contundente banda, integrada por la guitarra de Jorge Giuliano, el piano y arreglos de Popi Spatocco, el bajo de Carlos Genonni y la percusión de Rubén Lobo. (Télam)