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domingo,
29 de
enero de
2006 |
Mercados
Febrero, el mes para tomar el toro por las astas
El gobierno intensificará
a partir de las próximas
semanas las medidas
para frenar la inflación
Salvador Di Stéfano
El gobierno argentino a partir de febrero inicia una etapa en la que pretende tener todo bajo control. El tipo de cambio se ubicará a priori en el rango 3,05/3,10 sin que se descarte una suba a 3,10/3,20, aunque seguro la mayoría de los inversores despreciarán la suba por el costo de entrada y salida.
Al finalizar enero, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) comprará más de 800 millones de dólares, recuperará un gran caudal de reservas y emitirá muchísimo dinero que algún problema le puede traer a futuro. Por otro lado, tratará de congelar los precios de la economía en busca de un índice de inflación que puede llegar a no ser el real, pero que le servirá políticamente al oficialismo. Por último, la pésima noticia pasa por el control de la tasa de interés que operará a partir de febrero.
El BCRA emitió una circular por la cual la tasa de interés de plazo fijo de febrero no podrá ser superior al 75% de la tasa efectivamente pagada en el mes de enero para operaciones de plazo fijo superiores al millón de pesos. Esto es una intervención lisa y llana en el sistema financiero colocando un precio político a la tasa de interés. Es una de las peores señales que dio el BCRA, ya que con esta tasa expulsará del sistema a ahorristas que buscarán mejorar su rentabilidad adquiriendo otros tipos de activos.
En el mercado comienza a notarse un trasvasamiento de fondos, desde los tradicionales plazos fijos a la inversión en fideicomisos que tienen una rentabilidad que va entre 12% y 15% anual según las condiciones de emisión en que fueron realizados. Los plazos son cortos, pero hay que exponerse a una inversión en pesos a un plazo mínimo de 12 a 18 meses.
Los fideicomisos son la nueva vedette del sistema financiero y los más buscados son los nominados en dólares, que encuentran demanda insatisfecha ya que los ofertados son inferiores que los demandados.
Con el control que opera sobre la tasa de interés, en febrero los inversores se volcarán a otras alternativas de inversión, por lo que habrá una mayor demanda de productos financiero como los fideicomisos en pesos o en dólares, no existen ajustados por inflación. Bonos del gobierno nacional en pesos ajustados por inflación, como el caso del Boden 2014 o el bono con descuento en pesos con vencimiento en el año 2033, como también la inversión en Bolsa podría ser una buena alternativa en la medida que la tasa de interés siga baja y la inflación no apremie como muchos creen.
En enero la inflación se ubicará en torno del 1% al 1,3% mensual, cifra más que atractiva para los que tienen inversiones que ajustan por CER, y poco conveniente para los que viven de un sueldo y ven diluir su capacidad de compra.
En el ámbito internacional esta semana es clave. Estados Unidos volverá a modificar los tipos de interés de corto plazo que pasarán a ubicarse en el 4,5% anual, y sale de la Reserva Federal Alan Greenspan luego de 18 años y medio de gestión e ingresa Ben Bernanke.
El viernes pasado se conoció el crecimiento del cuarto trimestre de la economía norteamericana, que fue del 1,1% anual, el menor crecimiento en los últimos tres años, lo que muestra claramente que no pasaron desapercibidos para la economía del país del norte los hechos desgraciados de los huracanes Katrina y otros, como tampoco la suba del precio del petróleo y la invasión de productos chinos, japoneses y coreanos.
Cambios internacionales
Daría la sensación que estamos muy cerca de un cambio en el escenario económico a escala internacional, y que cada uno de los países involucrados busca salvarse a sí mismo sin coordinar políticas macroeconómicas. Por ello hay muchos que ven al dólar devaluarse en el mundo y a una Reserva Federal de Estados Unidos con un manejo de la tasa de interés de corto plazo mucho más mesurado y desacelerando su crecimiento. Tal vez por eso en el país del norte la tasa de corto plazo está en niveles más altos que la tasa de largo plazo, lo que también preanuncia una desaceleración en al actividad económica futura.
Volviendo a la Argentina, el dólar está firme, con cero posibilidades de bajar frente al peso y muchas chances de ir en busca de niveles más altos en función de la agresiva compra que realiza el BCRA en la plaza.
A mediano plazo, invertir en euros no resultará una mala opción, cotiza a 1,21 contra el dólar y a fin de año podría estar en 1,28-1,30. En 2002 se recomendó comprar cuando estaba a 0,84 contra el dólar y fue una opción válida.
Los bonos en pesos ajustados por CER tienen espacio para seguir a la suba. La Bolsa es una gran incógnita. Existe cierto optimismo, pero cuidado que la selectividad manda. A mirar con más atención a Acindar que se está despertando.
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